Walter Díaz Ramos, “quiruvilquino de alma, corazón y vida” es un músico, compositor y escritor liberteño que lleva publicados ocho libros.
Walter Díaz Ramos, “quiruvilquino de alma, corazón y vida” es un músico, compositor y escritor liberteño que lleva publicados ocho libros.

¿Le suena este estribillo: /currucucú, currucucú, vuela palomita/ currucucú, currucucú, mi casa es tu hogar…/? Seguramente que sí. ¿¡Quién no ha bailado y disfrutado “Vuela, palomita”, en la voz del cumbiambero Dilbert Aguillar!?

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Esta cumbia bailada por millones de peruanos y peruanas, durante décadas, fue compuesta por Walter Díaz Ramos. ¿Le suena este nombre? Posiblemente, no, ¿verdad?

Walter Díaz Ramos, “quiruvilquino de alma, corazón y vida” (como él mismo se califica) es un músico, compositor y escritor liberteño que, a la fecha, lleva publicados ocho maravillosos libros y prepara ya nuevas emocionantes publicaciones.

En su haber figuran el libro de relatos “Rinconcito cerca al cielo” (2016), el cuento tragicómico “El gato verde” (2016), los libros de poesía “Versos en caída libre I” (2016) y “Versos en caída libre II” (2017), los sobrecogedores y aleccionadores cuentos “Pangoso y la ovejita Milagros” (2017) y “El guaíno, el bandolero solitario” (2017), dos relatos alucinantes contenidos en “El muqui” (2018) y el extraordinario cuento infantil “El zorro dañino” (2018).

Sobre sobre su poesía, el mismo autor nos confiesa que (sus versos) “nacieron en diferentes tramos de mi camino, entre el temblor de las cuerdas de mi guitarra y el amor inspirado en todos los amores”. Su poesía, nos dice, “es un homenaje a la vida con las palabras más simples, a mis seres queridos, a mis entrañables y verdaderos amigos, a los seres que, en el campo, en el socavón o en el monte, han hecho de su fecundo trabajo una plegaria a Dios”.

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Sobre “El muqui”, el maestro y destacado poeta Alberto Alarcón ha dicho lo siguiente: “Hará bien el lector en tomar las debidas previsiones de tiempo, porque este libro es de los que cautivan desde la primera hasta la última página, en un viaje pleno de imaginación y fantasía”.

Y respecto a “El zorro dañino”, el mismo maestro Alarcón considera que “con este cuento de Walter Díaz Ramos, la literatura infantil y juvenil del Perú se ve notablemente enriquecida”. Para Alarcón, “su autor (…) lo ha concebido para demostrar una vez más que la astucia y los hábitos perversos nunca se impondrán sobre las causas injustas y la tranquilidad colectiva”.

Y así por el estilo, no faltan las palabras de reconocimiento para cada uno de los libros que ha publicado nuestro destacado músico, autor y compositor.

En lo que a mí respecta, he leído gran parte de la narrativa de Walter Díaz y, desde mi mirada de lector apasionado y de profesor idealista, me ha llamado particular atención el relato “Pangoso y la ovejita Milagros”.

Esta es “una maravillosa, emocionante y conmovedora historia sobre dos seres que nacieron desvalidos, pero que gracias al amor y al cuidado de sus dueños se volvieron fuertes y hermosos” (Alejandro Benavides Roldán).

Fortunato, un humilde pastor de ovejas, y Pancha, su esposa, vivían en la fría puna con sus dos “retoños”, y con su burrito Mocho, la yegua Tormenta y sus cuatro inseparables perros. Entre estos últimos destaca Pangoso, un perrito muy querido por los vecinos, “quienes lo admiraban por su amistad y solidaridad, pero sobre todo por su arrojo, bravura e inteligencia”.

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Como Fortunato era un hombre confiable, don Shego le confió treinta cabezas de ovinos, para criarlas “al partir”. Pasó el tiempo y las ovejas parieron. Al momento de hacer el reparto, don Shego decidió asignarle cinco crías a Fortunato, ya que una de las ovejitas había nacido pequeña y desvalida. “Será un milagro si vive, esta es para ti, Fortunato”.

Pangoso y la ovejita Milagros (así la llamaron por lo que dijo don Shego) lograron construir una unidad afectiva, en comunión con los niños de la casa y con los quehaceres de la familia. En medio de las difíciles circunstancias, estos dos animalitos simbolizan el amor, la fidelidad, la solidaridad y otros valores que no son exclusivos de los seres humanos.

Esta tierna y conmovedora historia nos lleva de la mano por los sinuosos caminos de la vida y nos comparte el amor que une a las personas y a con sus animales, más allá de los peligros que encierran las lejanías.

Luego de leer “Pangoso y la ovejita Milagros”, uno puede concluir que las obras de Walter Díaz no solo nos envuelven y conmueven con sus historias. Casi toda su narrativa (incluso aquella que nos habla de fantasmas o bandoleros) trae consigo una serie de enseñanzas tomadas de los ejemplos que nos dan los animales y las buenas personas.

Pero, además de todo lo dicho, este relato se caracteriza por la sencillez de su lenguaje; está escrito para ser leído con la fluidez de las aguas cristalinas que dulcifican el mundo andino. ¡Y no solo eso: coloridas y representativas ilustraciones surgidas de la mano del destacado artista plástico Richard Pérez Esquivel acompañan cada episodio!

Parafraseando la letra de “Vuela, palomita”, diré que la obra de Walter Díaz Ramos ha venido para “brindarnos cariño, amarnos y acompañarnos en esta soledad”. “Pangoso y la ovejita Milagros” es una estupenda y aleccionadora historia que vale la pena leer.

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