El afianzamiento hídrico es de suma importancia para los intereses de La Libertad para atender los nuevos retos del mundo por el cambio climático, que implica prolongadas sequías en algunas partes del mundo e inundaciones en otras, incendios forestales y crisis alimentaria. Esto último se agrava en el país debido a la falta de fertilizantes para el agro.
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“Indudablemente, ante este panorama, hay un gran desafío mundial donde el agua es clave para su atención y el desarrollo de los pueblos y por eso hemos dirigido nuestros mejores esfuerzos para contar con este recurso”, resaltó Manuel Llempén Coronel, gobernador regional de La Libertad, destacando los avances logrados en el programa regional Siembra y Cosecha de Agua.
La crisis generada por la guerra entre Rusia y Ucranía nos va a seguir afectando aún en los próximos meses y quizá años. A eso se suma la crisis medioambiental y climática, que se va a acrecentar en los próximos años.
“Este es un desafío mundial en el que se debe trabajar conjuntamente. Se necesita el apoyo y participación de todos para evitar mayores daños por lo que pueda ocurrir. Con los incendios forestales o sequías la seguridad alimentaria estaría expuesta”, añadió.
Respecto al trabajo que se realiza en La Libertad, Llempén Coronel recordó que Mariana Escobar, representante en el Perú de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reconoció la labor que se viene haciendo por el afianzamiento hídrico y la seguridad alimentaria al dar especial importancia a la agricultura familiar para el abastecimiento de la alimentación de los pueblos y la sostenibilidad del uso del agua.
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Siembra y Cosecha de Agua es ahora replicado en otras regiones. Es el programa regional emblema de la gestión, por los 15,000 reservorios instalados que ayudarán a mejorar las condiciones de vida de miles pobladores del ande al ganar 15 mil ha de la agricultura familiar a la de consumo. La meta es incorporar 35 mil ha, para ser la despensa del país. Chavimochic invirtió 1,200 millones de dólares para tener 27 mil has en producción y en el ande, ganando 35 mil has solo se invertirá 40 millones de dólares.
“Ahora todos quieren reservorios y no hay presupuesto. Siempre se pensó en represas, pero para eso se necesitan muchos recursos. Cuando llegaba la lluvia los campesinos sembraban y no podían hacer un riego de cultivo adecuado. Irrigaban un día si un día no y cuando no llovía tenían problemas. Sembraban y cosechaban 12 toneladas de papa por ha. La pobreza era muy alta, se dedicaban al cultivo de sobrevivencia y su alimentación estaba basada en la papa y arroz, por eso los indicadores de anemia se incrementaron”, resaltó.