Los vendedores de flores tratan de salir de su economía literalmente marchitada por la pandemia. En el preámbulo por el Día de los Muertos, cientos de trujillanos llegaron hasta los cementerios para recordar a sus seres queridos en medio de restricciones, como el aforo limitado (en algunos camposantos, con previa cita). Horas antes, decenas de hombres y mujeres se instalaron en los exteriores y bajo sus carpas ofreciendo rosas, tulipanes, girasoles, margaritas y otras flores artificiales de todos los colores y formas para ofrecerlas.
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Testimonios
Correo los visitó y estos manifestaron que tenían la esperanza de superar el mal momento. A comparación de 2020, las ventas se elevaron ligeramente; sin embargo, para este año las expectativas son mayores: Vender hasta la última flor, sin más esfuerzo que ofrecer los arreglos. El aroma de los pétalos se fue con aromatizando la esperanza de que hoy y lunes, la afluencia de clientes sea mayor.
Marily Portilla tiene su stand frente al cementerio y al vernos llegar nos observa, pregunta ¿en qué la puedo ayudar? y tras unos segundos alza su mirada y nos dice: “Han sido más de un año y medio que hemos tenido que cerrar por la pandemia y recién nos estamos reactivando”.
Toma un respiro, levanta la cara y su mirar nos dice que pese a que los clientes han vuelto a comprarle, algo no está bien.
“A comparación de otros años y para estas fechas las ventas han bajado, pero tenemos la esperanza de que poco a poco vamos a ir reactivándonos porque nosotros tenemos algunas deudas por pagar y esperemos que estos días festivos las ventas incrementen un poquito más”, manifiesta.
Cruzamos la pista y nos encontramos con la señora Nilda, quien sentada en un banco nos cuenta cómo la están pasando. “Acá estamos luchando y ahora que han prohibido el ingreso de flores naturales al cementerio y que solo pueden ingresar las artificiales y estamos lidiando con eso. Felizmente hoy (ayer) han comenzado las ventas, pero la mayoría es para llevarlos a otro lado. Nosotros hemos invertido una fuerte cantidad de dinero y tenemos que recuperarla poco a poco”, cuenta.
Estas mismas historias también se cuentan en el cementerio Jardines de la Paz, en el distrito de Florencia de Mora, pero la diferencia es que la asistencia de personas es en mayor cantidad y sí se permite el ingreso de flores naturales.
Diferentes realidades
Las personas que quieren ir a visitar a sus familiares a los camposantos de Miraflores, Parque Eterno y Remanso tienen que sacar una cita previa, la cual se hace de manera virtual. Por otro lado, en el Jardines de la Paz el ingreso es libre y no se controla el aforo establecido.
“Desde el mes pasado se han abierto las puertas para que los familiares puedan visitar a sus difuntos. Esto es previo registro en la página web de la Sociedad de Beneficencia de Trujillo, donde dejan sus datos e indican el día que desean ingresar y el turno. El máximo de personas por familia es de cinco”, manifiesta Gloria Tello, gerente del Cementerio General de Miraflores.
El horario en que pueden acudir es de 8:00 a 11:00 de la mañana y de 2:00 a 5:00 de la tarde. La funcionaria también indicó que el ingreso para niños y mayores de 70 años está prohibido y las flores que pueden ingresar solo son artificiales por recomendación de la gerencia de Salud de La Libertad para prevenir el dengue y más por la pandemia.
En el interior del mencionado camposanto nos encontramos con Mariela Veliz, quien desde que empezó la pandemia no pudo visitar a su padre. “Desde el marzo del 2020 que no podíamos ingresar, pero ahora que ya se puede estamos alegres porque podemos pasar un buen momento con nuestros seres queridos que han partido”, indicó.