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Antes del año 2010, le dijo a este periodista en su entonces despacho de alcaldía, luego de apagar la grabadora y cerrar la última entrevista que me concedió hasta la fecha: “Postulo a la reelección, gano, renuncio y me lanzo a la Presidencia. Ya lo he consultado, legalmente puedo hacerlo”.

Los apristas lo sabían y se lo achacaron en la campaña del 2010. Él juró que no renunciaría si ganaba las elecciones. Ganó, ajustadamente la reelección en Trujillo, pero ganó.

Algunos dudaban. Yo dudaba: ¿debía respetar el “off the record” o denunciar la intención de Acuña? Decidí aguardar y César Acuña al final, ya sea por consejo de sus asesores o porque vio que aún no era el momento, no renunció para postular en las elecciones presidenciales del 2011, en las que más bien hizo alianza con Pedro Pablo Kuczynski.

No tuve entonces necesidad de romper el “off the record”, pero igual lo terminaría contando luego. Fue cuando se acercaba la última campaña, la del 2014. El fantasma había vuelto: José Murgia lo acusaba de buscar ganar la elección regional para meses después renunciar en pos de su sueño más preciado: la Presidencia de la República. Allí recordé el incidente de cinco años antes y lo conté en una columna. Total, era otro el momento y era preciso que el público conozca ese antecedente.

Murgia lo dijo y más de uno lo sospechaba, pero era un dicho de un oponente político directo. Y era un dicho que además fue desmentido tajantemente por Acuña y los suyos, quienes aseguraron ante la región que cumpliría con su mandato durante los cuatro años.

En adelante no hubo dudas dadas a conocer, solo rumores en los corrillos. Esos rumores que el oído periodístico muchas veces debe aprender a diferenciar.

Y así, cuando el verano del 2015 se acababa, las directivas empezaron a darse. Acuña ordenó la elaboración de su plan de gobierno, distribuyó a su gente en las provincias y en otras regiones, empezó a viajar al interior del país, empezó a poner en marcha la estrategia. El último miércoles hizo lo que había estado planeando desde hace un año, desde hace más de cinco años, desde siempre. Desde que no pasó la valla electoral con Natale Amprimo en el 2006 y se dijo a sí mismo: “Yo lo hubiese hecho mejor”.