La Policía halló el cadáver de un joven en un terreno baldío de la carretera Lambayeque - San José. La víctima fue asesinada a sangre fría por sujetos desconocidos.
En circunstancias que los uniformados de la Comisaría de San Martín realizaban un patrullaje de rutina, divisaron a un hombre vestido de polo negro, pantalón jean azul y zapatillas blancas, tendido en posición decúbito dorsal.
Rápidamente se acercaron para auxiliarlo, pero este ya no presentaba signos vitales; pues recibió un impacto de bala a la altura de la nariz.
Procedieron a aislar la escena para después solicitar la intervención de los peritos de Criminalística de la División de Investigación Criminal (Divincri), quienes encontraron un casquillo de bala, marca Win, calibre 9 milímetros, a pocos metros del cadáver.
Según el acta policial, la víctima presentaba un orificio de salida en la región occipital y lesiones visibles en los nudillos de la mano izquierda; por lo que se presume que se habría defendido de sus asesinos.
El fiscal de turno acudió a la escena del hallazgo a fin de ordenar el levantamiento del cadáver, que fue trasladado a la Morgue Central de Chiclayo para la necropsia de ley.
Ahí el personal policial tomó las huellas dactilares del occiso para que mediante el Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Dactilares (AFIS) se logre su identificación y posteriormente se notifique a sus familiares.
Había iniciado relación amorosa con prostituta
Cabecillas de peligrosa red criminal dedicada al cobro de “cupos” a meretrices que laboran en la capital de la Amistad serían los asesinos de jóvenes extranjeros y peruanos que entablaron una relación amorosa con alguna de ellas.
Uno de los últimos crímenes registrados, fue el día viernes 15 de marzo. El cadáver estuvo como no identificado, pero luego fue reconocido por sus familiares. Se trata de José Gregorio Azocar Alcántara, de 26 años de edad, quien presentaba un balazo en el rostro.
Familiares narraron ante la Policía que la victima llegó hace un año a Chiclayo con su pareja y otros seres queridos en busca de trabajo.
Sin embargo, el 27 de enero del 2024, se separó de su conviviente, tras enamorarse de una fémina que laboraba prestando sus servicios sexuales a parroquianos en el parque “Las Fuentes” de Chiclayo.
Todo indica que ese fue el motivo de este crimen, debido a que la meretriz ya no quería seguir trabajando y era Azocar Alcántara quien pagaba el “cupo” a los extorsionadores.
Al no tener más ingresos, ya no podía seguir dándoles el dinero requerido a los cafichos que era la suma de S/300 de manera semanal.
“Estas mujeres están bien chequeadas, los hampones les revisan el celular y ven quién es el hombre de quien se han enamorado. A ellas les cobran por haberlas traído al Perú y si no pagan prostituyéndose, las amenazan con matar a su familia en Venezuela. El muchacho estuvo pidiendo dinero a su familia porque su vida corría peligro, hasta que lo asesinaron”, sostuvo un detective.
Cabe recordar que crímenes con móvil similar por haber estado con meretrices ocurrieron el año pasado. Estos se registraron en Ferreñafe, Ciudad Eten, así como los chiclayanos acribillados a fines del 2023.
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