Un grupo de pacientes del Centro de Salud de Pimentel, diagnosticado con tuberculosis, (TBC), resultó perjudicado por la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCh).
Distintas acciones de control determinaron que estos ciudadanos recibieron productos (azúcar rubia, leche evaporada Bonle y aceite vegetal Friol Soya), del Programa de Alimentación y Nutrición para el Paciente con Tuberculosis y Familia (PANTBC), que estaban vencidos o en la fecha límite de vencimiento.
Además, se encontró que los víveres de enero y febrero fueron alcanzados en marzo; mientras que las canastas de marzo y abril fueron dadas en mayo de este año.
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Esta aparente falta de coordinación va en contra de las directivas del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), donde se indica que la persona afectada por tuberculosis recibe una canasta mensual, de acuerdo a
las fechas establecidas en el respectivo plan de distribución aprobado en el gobierno local, en coordinación con el establecimiento de salud. La entrega no es acumulativa ni retroactiva. Las personas con TBC tienen una condición vulnerable. Recibir alimentos en fechas no adecuadas podría configurar en un maltrato.
“Este silencio o falta de respuesta demuestra que los gerentes no saben lo que ocurre al interior del área de Desarrollo Social. Ahí tienen que determinar las responsabilidades y hacer deslindes, sobre todo para que no vuelva a ocurrir porque se trata de personas en están batallando por recuperarse”, afirmó el regidor Orlando Puell Varas.
Esta situación se hace manifiesta cuando la Contraloría General de la República advierte que la gerente municipal, Merly Berríos Sánchez, continúa ejerciendo como encargada de la Gerencia de Desarrollo Económico de la comuna, y esto no es adecuado porque el desempeño en cada gerencia es de tipo exclusivo.