El Sexto Juzgado de Investigación Preparatoria de Chiclayo programó, para esta tarde, la audiencia de prisión preventiva contra Rosa Graciela Mejía Izquierdo y Giancarlo Aldairton Torres Santisteban, denunciados como autores del asesinato del ingeniero civil Omar Catón Llontop.
El fiscal de la Tercera Fiscalía Penal de Chiclayo, Héctor López Pupuche presentó la solicitud de prisión, indicando que esta medida deberá ejecutarse por el plazo de 9 meses, tiempo en que su despacho espera lograr una condena para ambos investigados.
Parricidio
Sobre la figura delictiva por la cual será acusada Mejía Izquierdo, en razón a que fue esposa de la víctima, el fiscal López señaló que ella ha sido denunciada por la comisión del delito de parricidio. Mientras que Torres Santisteban, quien mantuvo una relación extramatrimonial con su coimputada, fue denunciado por homicidio calificado.
Fuentes del Ministerio Público informaron que Giancarlo Torres también ha confesado su participación en el crimen con la finalidad de reducir los años de condena que le podrían imponer más adelante.
Una estrategia legal sobre la cual espera ampararse Mejía, ya que días atrás ella admitió ser autora del execrable hecho; sin embargo desde la Fiscalía descartaron, por ahora, llegar a un acuerdo de terminación anticipada.
Sustento
Entre los argumentos que expone el fiscal Héctor López para la ejecución de la prisión preventiva, está la ausencia de los arraigos domiciliario, familiar y laboral de los denunciados.
Rosa Mejía y Giancarlo Torres no cuentan con vivienda propia ni con familiares que dependan económicamente de ellos, tampoco han demostrado tener trabajo u oficio conocido. En el caso de la mujer, se verificó que tiene una hija, pero esta menor vive hace buen tiempo en la ciudad de Lima.
Otro punto es la condena que podría recaer sobre ambos, ya que el parricidio se castiga con una pena de cárcel no menor de 25 años. En el homicidio calificado, la sanción no baja de los 15 años de prisión.
Mala relación
La investigación fiscal establece que Omar Catón y Rosa Mejía estuvieron casados, pero que tuvieron varias peleas. Incluso registran condenas por violencia física y psicológica.
Aunque estaban en proceso de divorcio, desde el 2019 la denunciada inició una relación paralela con Giancarlo Torres.
Pero las peleas entre los esposos no cesaron y aquí el detonante del asesinato. El pasado 6 de enero, Mejía fue notificada que la demanda judicial por violencia familiar entablada contra su aún pareja había salido a su favor.
Este resultado causó molestia en Catón, quien discutió con su esposa y luego acudió a la Comisaría del sector para denunciar que había sido agredido. Es en este contexto que, según la Fiscalía, los investigados se pusieron de acuerdo para ejecutar su macabro plan.
La madrugada del 10 de enero, Giancarlo Torres ingresó a la vivienda de Catón, pero no lo hizo solo. La Policía ha determinado que contó con la complicidad de su amigo Fernando José Mundaca Gonzales, conocido entre sus vecinos como José.
Los resultados de las pesquisas en la escena del crimen y las declaraciones de los homicidas revelan que Giancarlo y José simularon ser asaltantes, y por unos momentos redujeron a Rosa Mejía. Luego fueron hasta el dormitorio del ingeniero, donde lo amenazaron con hacerle daño a su conviviente y le amarraron los brazos y piernas.
Torres ordenó a Rosa que pusiera música a todo volumen para que no se filtren los gritos de la víctima. Además, le pidió que compre comida, cerveza, cemento y cal, una orden que esta mujer cumplió sin protestar.
Al regresar a su inmueble, en la calle La Gruta 663, la denunciada y los otros dos jóvenes procedieron a asfixiar a Catón con una almohada, pero este solo perdió el conocimiento. Una necropsia al cuerpo arrojó que aún tenía signos vitales cuando fue enterrado en un corral.
Al cierre de este informe se supo que Fernando José Mundaca Gonzales se puso ayer a derecho, pero el Ministerio Público dispuso que sea citado mientras continúan las investigaciones.