Un promedio de 280 pacientes con síntomas de COVID-19 son atendidos en carpas instaladas fuera del área de emergencia del hospital Dos de Mayo, debido a la saturación del nosocomio pues sus 153 camas de internamiento están copadas.
De acuerdo con un reportaje de Punto Final, en dichas instalaciones los pacientes son recostados en camillas y atendidos por doctores y enfermeras que no pueden regresar al interior del hospital. En este espacio descansan, comen y hasta se bañan en duchas portátiles.
A los enfermos que logran ingresar se les realiza pruebas de descarte del nuevo coronavirus. “Hacemos entre 30 a 50 pruebas [rápidas] diarias”, aseguró una de las enfermeras del lugar.
En el lugar incluso se pueden realizar radiografías pulmonares que ayudan a detectar el COVID-19.
Según los médicos, depende del grado de enfermedad que los pacientes muestren para determinar si se quedan en el hospital o son enviados de regreso a sus hogares.
“Hay que gestionar la pandemia, la crisis, y eso es lo que estamos haciendo, ordenándonos y reorganizándonos constantemente. Planteando nuevas estrategias”, afirmó un doctor al ser entrevistado.
“Aquí se toman decisiones cada hora para tratar de mejorar las condiciones de los enfermos. [Para] nuestro personal que está aquí el término héroes les queda corto porque estás exponiendo sus vidas”, agregó otro galeno.
En la imágenes de Latina se puede observar decenas de personas haciendo colas para poder ingresar al Dos de Mayo.
“He pasado la noche con mi papá, ni siquiera son camillas grandes, no entran. Duermen a la intemperie. Ni una manta le querían dar. Las enfermeras no lo tocan. Nos han botado a todos, y no hay ni una enfermera viéndolos”, denunció una familiar de un enfermo.