Cada día, Rubén Suárez y su esposa Ana Martínez, ambos ingenieros industriales de profesión, realizan una peregrinación para llegar desde su casa, en el jirón Chota del Cercado de Lima, hasta su centro de trabajo, en Mala. El joven matrimonio recorre cerca de 100 kilómetros, en poco menos de tres horas, para trasladarse a su destino. El esfuerzo lo realizan con el sueño de comprar su propio departamento.

Sin embargo, para lograrlo sortean el caótico tráfico y la falta de medios de transporte formales para viajar con seguridad. Aunque muchos viajan en el Metro de Lima, el Metropolitano o los corredores, miles de limeños se movilizan como pueden para llegar a centros de empleo que se ubican en localidades al sur de Lima, como Chilca o Mala, en la provincia de Cañete, o varios kilómetros más allá, en Chincha o Pisco, en el departamento de Ica.

Infografía: El largo viaje de los limeños que laboran en el sur. Diario Correo.
Infografía: El largo viaje de los limeños que laboran en el sur. Diario Correo.

Frente a este panorama, que se puede evidenciar en la cantidad de vehículos miniván, autos colectivos, combis piratas y buses informales de transporte de personal, el Gobierno decidió hace un tiempo elaborar el proyecto de tren de cercanías Lima-Ica, cuyo estudio de preinversión comenzará en diciembre.

PERFIL

En los últimos años, de acuerdo con reportes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se ha incrementado la inversión pública y la privada en la ciudad de Ica hasta en un 35%, logrando así el crecimiento de la economía. Esto a su vez ha contribuido al aumento del empleo y la generación de mayores ingresos familiares.

Aunque no hay cifras oficiales, según el diagnóstico socioeconómico laboral de la Ica, la región concentra a cerca de 190 mil empresas de diversos rubros.

En tanto, profesionales, técnicos, administradores, empleados de oficinas, vendedores y obreros calificados es el perfil de la población capitalina que se traslada de Lima hasta el sur, que se ha convertido en un nuevo polo de desarrollo. Los sectores económicos que más albergan a estos miles de trabajadores que diariamente se desplazan hasta Cañete, Chincha y Pisco son manufactura, comercio, transportes y comunicaciones, minería y gas natural.

BUENOS SUELDOS

“De 10 trabajadores de una empresa, unos dos provienen de distritos de Lima Metropolitana, quienes se trasladan por la buena oferta de sueldo y porque en esa región no hay profesionales que cubran la alta plaza que requieren las nuevas empresas”, señaló a este diario Rubén González, especialista de Desarrollo Comercial y Negocios.

Quienes parten de Lima para ir a trabajar al sur salen muy temprano de sus hogares. Muchos comienzan a abordar los servicios de transporte formales e informales desde las 4:30 de la madrugada, según contaron los usuarios entrevistados por este diario.

No obstante, hay quienes sí cuentan con el servicio de traslado en bus gratuito que les brinda su empresa. A ellos los podemos observar en el puente Santa Anita, Javier Prado, puente Atocongo y puente Alipio cada mañana.

RUMBO AL SUR

En el caso del matrimonio citado párrafos arriba, ellos abordan, algunas veces, una miniván que les cobra en temporada baja desde 15 soles. La cifra puede incrementarse con la demanda. De este modo, en un solo día, en ida y vuelta, por cada uno gastan más de 30 soles. “Nos dan un bono de movilidad que cubre gran parte del pasaje”, contaron.

Otros escogen abordar los buses interprovinciales, cuyos pasajes pueden oscilar entre 8 y 40 soles. Hay quienes optan por viajar en autos más pequeños o taxis, camionetas o incluso en buses piratas o motos. Estas unidades recogen y dejan pasajeros en medio del camino, lo que representa un riesgo para conductores y peatones.

¿Dónde abordan todo este tipo de transporte informal? De acuerdo con los reportes de las intervenciones, el paradero informal por excelencia es la altura del puente Atocongo, en el distrito de Surco. Otros puntos críticos son los alrededores del terminal Molina (San Luis) y el puente Benavides (Surco).

“Varias de estas minivanes, por ejemplo, tienen miles de papeletas y la autoridades no logran intervenirlas. Urgen los operativos”, declaró a este diario el experto en transporte Octavio de la Barra.