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El Valle del rio Chillon.
Frente al cementerio COVID-19 de Chocas se encuentra los campos de cultivos de la cuenca río del Chillón, un contraste entre las zonas verdes y la tierra estéril del cementerio. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Acá nos quedamos
La familia Valverde perdió al patriarca de la familia, don Alejandro Sandoval Valverde que fue víctima del coronavirus. Ellos son del poblado de Chocas y don Alejandro siempre vivió en ese lugar. Como no había espacio en el cementerio de Carabayllo tuvieron que enterrarlo en el cementerio COVID-19 de Chocas, entre la tierra árida y las rocas. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Las Gigantografias
Con el paso de los meses, los familiares de las víctimas por el COVID-19 comenzaron a adornar las tumbas de sus seres queridos. En este caso la foto de un familiar en una gigantografía, representa de cuanto está presente en ellos y fue querido en vida. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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El camino empedrado
Llegar a la parte alta del cementerio COVID-19 de Chocas, demora un aproximado de 15 minutos cuesta arriba. La gente tiene dificultad en subir, sobre todo, adultos y tercera edad, que demoran mucho más en llegar para visitar a sus difuntos. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Máquinas excavadoras
Debido a que el terreno era en una zona pedregosa, se necesitó de maquinaria pesada para abrir varias zanjas. Este trabajo tomó varios días debido al difícil acceso al lugar. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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El último cementerio Covid-19
Se calcula un aproximado de 60 tumbas en el cementerio de Chocas. La gran mayoría fue enterrada entre marzo y junio del 2020, donde la pandemia golpeo más el país. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Trabajo es trabajo
La pandemia no solo trajo un sin número de fallecidos, también afecto enormemente el lado económico de las personas, tal es el caso de Jacinto Fuertes, de 67 años, que trabaja abriendo zanjas en el cementerio COVID-19 de Chocas. “Yo tengo que buscar la manera de cómo llevar el pan a la casa, es por eso que acá sale algo. Trabajo es trabajo y vengo a trabajar acá", dice Jacinto. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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La zanja
Toda la zona del cementerio COVID-19 de Chocas son zanjas destinadas para enterrar a aquellas personas fallecidos por el coronavirus. La profundidad es de dos metros y se han hecho con maquinaria pesada. Hasta el día de hoy, algunas lucen abandonadas a la intemperie. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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La decoración.
Tratar de embellecer la tumba de una familiar, es una tarea difícil en una zona pedregosa y árida como el cementerio de Chocas. Sin embargo, algunas familias han comenzado a decorar poniendo mayólicas, estampados o toldos. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Costumbres ancestrales
La gran mayoría de los fallecidos en el cementerio de Chocas son gente de provincia. Sus familiares, cada vez que los visitan, les traen música, comida, etc, lo que al fallecido le gustaba en vida. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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La Mancha
La familia Briceño (hijos y nietos) vienen una vez al mes a visitar a la abuela, doña María Elena Briceño, quien falleció por falta de oxígeno. Son una familia numerosa y casi todos fueron contagiados por el COVID-19. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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Imponente zona
El cementerio COVID-19 de Chocas abarca grandes dimensiones. Se ubica entre dos cerros de los cuales por la tarde – noche hay vientos fuertes. Casi todo el año hay temperaturas muy altas. (Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec)
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El adiós
Algunos familiares vienen de otros distritos como Villa el salvador o Chorrillos. Ellos no encontraron espacio en los cementerios de sus distritos, la última opción fue el Cementerio de Chocas. Foto: Jorge Cerdan / @photo.gec