​Murió el hombre que susurraba a las ideas de los periodistas
​Murió el hombre que susurraba a las ideas de los periodistas

Hector Ccorimanya, editor general de diseño del Grupo Epensa, ha dejado una huella imborrable en la redacción. Su brillantez profesional ilumina ya, y para siempre, a un joven equipo de profesionales que traza a diario el contenido informativo de Ojo, Correo y El Bocón.

El “flaco genio” conquistaba con su savoir faire, sonrisa y elegancia a periodistas, fotógrafos, correctores, editores, directivos y a todos cuantos se cruzaban en su camino. Ccorimanya empezó con Sheyllah Ushenizhnik en el relanzamiento de Ajá. Ahí inició su andadura profesional en esta casa editora, donde se convirtió en una pieza clave para el desarrollo de modelos de contenido y diseño de marcas como Ojo, El Bocón y Correo o revistas como Correo Semanal, Pandora, Mujer Actual, Éxito, Decídete y un largo etcétera.

La paciencia y el equilibro que emanaban de la personalidad de Héctor eran factores extraordinarios para la dirección periodística en el desarrollo inmediato de nuevos proyectos editoriales. Su riqueza intelectual permitía una desbordada capacidad creativa. Era un creador de respuesta inmediata: “No tenía errores”, describe Jesús Alejos, amigo y compañero del alma. “Cuando no tienes una respuesta, date una vuelta y así la encontraras”, era su salida ante los problemas, según Alejos para quién Ccorimanya no veía dificultad alguna en el trabajo que no se pudiera resolver.

El maestro Héctor veía las cosas de manera diferente. Conocía la calle y la sabiduría de lo cotidiano. Sus ojos se iluminaban con los colores. Un hombre sencillo y apasionado de su intimidad, entregado a su familia. Amante de sus amigos.

Héctor Ccorimanya era el brother que susurraba a los sueños del periodista para hacer realidad una historia. Si Steven Spielberg se hubiese encontrado con él habría descubierto a un creador brutal, a una extensión de la genialidad sin más. Sus colecciones de Star Wars, Transformers, emoticones, llaveros, muñecos y películas de Marvel quedan ahora huérfanas del cariño que les profesaba. Eran sus compañeros de la noche. Su creatividad mientras todos dormían era imparable, tanto como la música ochentera romántica, en inglés y español, que le inspiraban.

La libertad, sus viajes, sus amigos y el cine eran pasiones que inundaban de estímulos su vida. Uno de sus sueños era cruzar fronteras y conocer nuevos países. España era uno de sus destinos preferidos. Su familia, era el menor de seis hermanos, describen así la faceta más soñadora de Ccorimanya.

Héctor Ccorimanya, que murió el pasado sábado a los 36 años tras una dura lucha en los últimos meses contra una enfermedad, mantuvo hasta el último instante sus ganas de trabajo pilotando el trabajo del equipo en ambiciosos proyectos editoriales.

Hecu Toru era de otra dimensión.