Aunque muchas veces no los entiendan los padres están allí para sus hijos. En un recorrido por las calles de Lima preguntamos a varios adultos varones por qué salen de sus casas si pueden contagiarse del mortal virus y fallecer más tarde. La unánime respuesta de todos fue: “salgo a la calle para llevar la comida para mis hijos. No puedo soportar diciéndoles que no hay plata o que después les voy a comprar lo que les falta. Ya estoy cansado de mentirles”.
Les pedí sus nombres para esta nota, pero todos se negaron porque no quieren que sus familiares o amigos se enteren que están trabajando en la calle o que fueron despedidos de sus empleos que mantuvieron por muchos años con tanto esfuerzo.
Pese a todo lo que se dice de los padres, que son autoritarios, controladores y gritones, son ellos los que imponen disciplina y autoridad en el hogar sin llegar nunca a la violencia y equilibra su labor con el amor maternal que brinda su pareja a los hijos.
el vínculo afectivo. Sin embargo, es necesario tomar en cuenta lo que dice el psicólogo Walter Abanto Vélez: “El contactofísico de los padres, a través de besos, abrazos, caricias, influye en la estabilidad emocional de sus hijos. Ese vínculo que se forma en los primeros meses o años de un niño es fundamental para crecer con seguridad emocional”.
El coordinador de la Escuela de Psicología de la Universidad César Vallejo señala que la buena disposición del padre permite hacer que el vínculo afectivo con su hijo o hija cobre fuerza y eso se debe demostrar. Una buena relación entre padre e hijos permite un mayor disfrute de esos momentos familiares. Ese vínculo que se forja a muy temprana edad entre padre e hijo y que se consolida con el paso de los años se pone a prueba en los momentos más decisivos, como en el caso del médico Raúl Reina Abrigo, quien al contagiarse de la COVID-19 tuvo la suerte de tener a su padre en su lecho de enfermo, debido que él también es médico en el Hospital Nacional Dos de Mayo, donde estuvo 10 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Tras volver a la vida, cuenta que, desde pequeño, siempre escuchó a su padre hablarle de los hospitales y sus pacientes, información con la que fue creciendo y que lo llevó a estudiar la carrera de Medicina, sin imaginar que más adelante ese ser querido vigilaría su salud.
Raúl Reina, quien también es padre de dos hijos, hoy se reunirá con ellos y su familia para agradecer a su valiente progenitor.
TODO POR MI HIJA. La historia de don Camilo también conmueve y muestra el sacrificio de un padre en los tiempos de pandemia. La mañana del 19 de marzo todo cambió para Camilo Ruiz Bravo (65), cuando la mejor de sus hijas, de 25 años, fue diagnosticada con esta nueva enfermedad.
“Fue una situación muy compleja, la llevé a una clínica y posteriormente a un hospital. Como padre uno siente un amor muy grande, no tuve ningún reparo y estuve con ella hasta asegurarme de que estaba a buen recaudo en manos de los médicos”, dijo el también oficial del Ejército en retiro.
Debido a la rápida transmisión del virus, don Camilo se contagió y el 28 de marzo, mientras María Cristina luchaba por su vida en la UCI del Hospital Edgardo Rebagliati, él era internado en el hospital Militar Central.
“Frente a estas situaciones de familia un padre es incondicional a todo, teniendo a mi hija internada soñaba con ella por las noches, no podía dormir. Gracias a Dios me recuperé y fui dado de alta esa misma semana”, contó.
A mediados de abril, luego de haber estado más de 40 días separados, don Camilo pudo recibir a su ‘pequeña Cristina’ en casa. Ella también logró vencer el coronavirus y fue uno de los primeros casos en ser dados de alta.
Buena labor
Más de 30 mil padres integran hoy los Comité de Alimentación Escolar (CAE) de los colegios del país. Ellos son parte del modelo de cogestión del Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIdis), que brinda servicio alimentario a los estudiantes a nivel nacional.