A los 81 años de edad y cumpliendo con una apretada agenda en Perú, el papa Francisco se trasladó este viernes desde Lima hasta la Amazonía a fin de formar parte de un encuentro con comunidades aborígenes angustiadas por la deforestación, la contaminación de los ríos, la pobreza y la trata de personas.
"Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora", manifestó el Sumo Pontífice, quien, entre otras cosas, lamentó "las hondas heridas que llevan consigo la Amazonía y sus pueblos".
El papa Francisco fue recibido con cánticos y danzas vistosas y de diversas tribus, con sus respectivos vestuarios tradicionales, algunos de ellos coronados con plumas y collares de colmillos de animales.