Desorden y desesperación por la falta de buses, así como peligrosas aglomeraciones que pueden resultar letales en cuestión de días, se registraron ayer en varios puntos de la ciudad debido al paro de transportistas, realizado en el día cien de cuarentena debido a la epidemia del COVID-19.

En concurridos paraderos como Puente Nuevo, Puente Santa Anita, Acho, Circunvalación, Trébol de Javier Prado y Atocongo, los ciudadanos pugnaron, cuerpo a cuerpo, para ganar una posición en los buses, en muchos casos, cruzando la línea de la responsabilidad sanitaria. Nadie entendía que esta práctica podía ser suicida.

A pesar de esta situación, el presidente de la Coordinadora de Empresas y Transporte de Lima y Callao, Héctor Vargas, indicó que si el Estado no les entrega un subsidio, acatarían otro paro o, en su defecto, cobrarán hasta S/6.00 de pasaje, un incremento de hasta el 300%.

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Al respecto, el ministro de Transportes y Comunicaciones, Carlos Lozada, anunció que hoy se evaluará un subsidio para las empresas de transporte público que vienen percibiendo bajos ingresos debido a las medidas sanitarias.

Según informó, el beneficio alcanzará a las 27 ciudades capitales del país, por ser estas poblaciones con más de 100 mil habitantes.

“El dispositivo establece un subsidio en función de los kilómetros recorridos por cada unidad de transporte y se plasma a través de una transferencia de recursos”, señaló. La Autoridad de Transporte Urbano se encargará de entregar el subsidio en Lima y Callao.

mil unidades dejaron de operar por temas económicos, dijeron los gremios de transportistas.

La irresponsabilidad también estuvo presente en medio de paralización.

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