En un operativo, autoridades de la Municipalidad de Surco intervinieron y clausuraron permanentemente una tienda comercial que funcionaba bajo la fachada de centro de masajes, pero que en realidad era un prostíbulo clandestino.
El negocio funcionaba en una galería ubicada en la avenida 34 de Alfredo Benavides, cerca al óvalo Higuereta, y era atendido dos ciudadanas venezolanas, quienes negaron el ofrecimiento de ese tipo de servicios.
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Sin embargo, los fiscalizadores ya estaban realizando un seguimiento del local durante semanas, y desmintieron a las mujeres que atendían el negocio mediante materiales audiovisuales.
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“Según nuestro código de infracciones, corresponde a una clausura definitiva y voy a comunicar a la Gerencia de Desarrollo Económico para que revoque la licencia otorgada a este negocio”, comentó Catherine Rosales, subgerente de Fiscalización de Surco.
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La persona que arrendaba el local intervenido fue identificada como Paul Nolasco Taboada, quien permitió que su negocio realizara actividades que atenten contra la moral, las buenas costumbres o alteren la tranquilidad del vecindario y por ello el cierre permanente del lugar.
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