La emblemática chicha de jora está de fiesta. Aquel producto ancestral que es parte de las costumbres de consumir en el Bajo Piura y en toda la región.
Tiene un sabor que añora la época de los antiguos incas, manteniendo todavía su preparación artesanal desde tiempos milenarios y también es producto alimenticio pues posee vitaminas medicinales.
Conozcamos tres historias de mujeres que preparan este producto a base de maíz, que aparte de ser una bebida alcohólica es usado también de condimento para varios potajes como sudados, seco de chabelo, arroz con pato, el seco de cabrito, entre otros.
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PICANTERÍAS
Pascuala Fernández Závala, es muy conocida en Catacaos por ser hija de quien la conocían como “la cara de lisura”. Desde los 13 años empezó a preparar la chicha que le enseñaba su madre y cuando ella dejó de trabajar, se encargó del negocio con una buena chicha que atrae cientos de comensales.
“Gracias a la venta de la chicha he podido sacar adelante a mis 4 hijos, para mí no hay secreto en la preparación, solo usar un buen maíz y en su punto, Gracias a Dios a veces nos falta para atender a muchos visitantes que además se van muy contentos, pues disfrutan del “picau” que le ponemos, tras consumir su balde de clarito o de chicha blanca”.
Doña María Isabel Coevñas Sullón, se ha ganado el cariño de sus clientes con su rica chicha, bebida hecha con el mejor ingrediente. “Las picanterías de años antiguos eran rústicas, de carrizo, de tierra y esteras, se elaboraba en tinajas y se servía en jarras de barro. Las picanterías son más cómodas en los precios, en cambio los restaurantes no compran la chicha y ellos la revenden”.
Más adelante señala, “acá nos eligen por el sabor, la gente queda contenta, además le ofrecemos exquisitos potajes, que muchos se quedan chupándose los dedos”, nos dice risueña.
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PREPARACIÓN
Doña Nancy Purizaca, tiene 35 años preparando la chicha en “El Pepían”, ella llegó de La Unión luego de casarse. Fue su madre María Bayona Pingo (quien era chichera) que le enseñó este arte, pues ella era comerciante.
Desde los tiempos idos mucho ha cambiado en la preparación, antes se hacía en callanas o tinajas, ahora se utilizan ollas de aluminio y se envasa en baldes plástico y hasta se sirve en jarras de vidrio.
“La elaboración de la chicha va de generación en generación, es fuente de trabajo, además la chicha de jora sirve como alimento o vitamina, pero solo consumiendo un vaso o haciendo ponche, pues es puro maíz”, sostiene doña Nancy.
Aunque el secreto de elaboración lo guarda bajo siete llaves, señala que el maíz y el trabajo es los primordial para conseguir una buena chicha, “Utilizamos el maíz a jora, que es malteado, maíz germinado. El proceso es el raspado, enfríado, cocinar y reconocinar para que salga más “carnuda”, y se elabora en 3 días, sacando primero el clarito, luego la chicha y por último el estilado".
Finalmente invita a los piuranos a visitarlos y consumir el Néctar de los Incas en calle Piura 1148 en Catacaos, donde además ofrecen los piqueos a base de chicha como sudados, encebollado, arroz con cabrito, seco de chabelo, etc.
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HISTORIA
Cuentas los historiadores que esta bebida fue creada de manera accidental en la época que gobernaba el Inca Túpac Yupanqui. Una fuerte lluvia deterioro los silos que almacenaban el maíz cosechado, originando que los granos se fermenten y originen una malta que fue desechada.
Cuentan que un indígena hambriento encontró en la basura la bebida que habían arrojado, la consumió y quedó ebrio. Posteriormente la chicha de jora se convirtió en la principal bebida de la nobleza inca, en importantes ceremonias religiosas en honor a los incas.