Las penurias que viven los damnificados del Niño Costero en Piura
Las penurias que viven los damnificados del Niño Costero en Piura

Mientras los gobernadores regionales de la zona norte reclaman la separación del presidente ejecutivo de la Autoridad Nacional para la Reconstrucción, que al final de la tarde se conoció que había renunciado, los damnificados por las lluvias y desborde del río Piura, albergados en la margen izquierda, a la altura del Km. 980 de la carretera - Chiclayo, siguen pasando penurias.

SUFREN. A unos 300 metros de la pista, se inicia una sucesión de refugios, que toman los nombres de Túpac Amaru I, Túpac Amaru II, Túpac Amaru III, Cristo Viene, Jesús de Nazareth, Eleuterio Cisneros, San Martín, Santa Rosa, que mayoritamente acogen a afectados del distrito Cura Mori.

Allí viven en pequeñas casas de esteras y quincha (ranchos) y hay quienes todavía utilizan las carpas de Defensa Civil, que les sirvieron de cobijo desde el 26 de marzo, cuando se salió el río. Además, todos sufren por la falta de servicios elementales.

AGUA EN CISTERNAS. En el sector Túpac Amaru I, donde están ubicadas más de 200 familias, Deyvi Marlon Yarlequé Chávez (19), que vive con su esposa e hijo, refirió que una cisterna les deja agua tres días a la semana y llena tanques y cilindros Rotoplast. Sin embargo, “hay momentos en que escasea el agua”.

“Cuando se salió el río, el agua llegó a la altura de la mitad de la casa. Ya vamos a cumplir siete meses acá”, indicó.

Nancy Vílchez Yovera, que vive con su esposo y 4 hijos, pidió “que pongan luz pública y no les falle el agua, que es lo más importante”.

BAÑOS QUÍMICOS. Refiere que han estado utilizando baños químicos portátiles, que ya están empezando a retirar, porque con el apoyo de Estados Unidos de América, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia - Unicef ya se están instalando letrinas multifamiliares.

“De regresar a Cura Mori, ya no. De construcción no nos han dicho nada. Pero, en Eleuterio Cisneros están construyendo módulos”, comentó.

Teófila Chiroque Castro dijo: “Nos asustó el aguacero. Hemos quedado traumados desde la inundación”.

“NOS MOJAMOS”. En Jesús de Nazareth, la situación es similar. María Espinoza Aquino (53), que vive con su esposo y una hija, también padece por el agua.

En tanto, el agricultor Aurelio Marcelo Chávez, que ahora vive en el albergue Cristo Viene, dijo que “ya hemos hecho un encerradito de esteras, de unos 4 x 4 metros, con techo también de esteras; todos están haciendo así”.

“Nosotros pedimos a las autoridades apoyen con algunas calaminas, unos triplay, para poder estar tranquilos, porque la vez pasada nos ha asustado la lluvia”, expresó.

Agregó que “nos hemos mojado, porque algunos todavía están utilizando la carpa y ya pasa, son siete meses y ya se ha deteriorado, ahora están soleadas”.

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