A través de los descubrimientos hechos en el sector de El Faique, en la provincia de Huancabamba, en la región Piura, podemos conocer la presencia humana que data de hace 2,000 años A.C. Los petroglifos, elementos culturales que se encuentran dispersos en varias zonas, nos dan a conocer detalles de lo acontecido por los primeros pobladores del distrito.
DISEÑOS Y FIGURAS Luego de una larga caminata por zonas empedradas, llegamos al sector Villaflor para conocer los elementos líticos de los petroglifos, los cuales se guardan muy cuidadosamente.
“Los petroglifos son la primera manifestación cultural en esta parte del valle. El estilo es igual al grabado en piedra de las vertientes amazónicas de San Ignacio, Tabaconas y otras del valle de Chinchipe, pues tienen los mismos diseños y figuras”, nos dice Walmer Suárez, jefe de Imagen Institucional de la comuna distrital, quien nos acompañó en el viaje.
Es decir, tienen como recurrentes, los espirales rostros humanos, figuras geométricas, líneas y puntos, rectángulos, figuras escalonadas, plantas y animales como aves, caracoles, arañas, serpientes, monos y otros conjuntos abstractos.
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ALTARES LÍTICOS Los petroglifos de San Miguel de El Faique son grandes bloques de piedra granítica esculpida con una compleja simbología y están ubicadas junto a una fuente de agua y de rutas de acceso (quebradas y antiguos caminos de herradura).
“Investigaciones preliminares señalan que estos conjuntos vendrían ser altares líticos, donde los antiguos sacerdotes y chamanes realizaban ceremonias mágico-religiosas, ritos por pagos de lluvias, siembras y cosechas. Estos elementos pétreos que circundan al distrito de El Faique pertenecen a la etapa inicial de la civilización, son los primeros altares formados en grandes rocas”, señala el acompañantes del equipo de Imagen de la municipalidad distrital.
Además, están esculpidos con imágenes en todas sus caras, con mensajes enigmáticos y misteriosos, con sencillos diseños en un complejo conjunto de figuras. Representan la evidencia material de una elaboración religiosa compleja, con mitos y ritos estructurales bajo la base al culto de los alucígenos, tales como la huachuma, misha y tabaco.
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REFERENTE Estos centros de cultos no estaban aislados, pues cerca había un poblado que mantenía, protegía y cuidaba el lugar sagrado, reproducía la devoción y culto de los antepasados, a los astros y a las montañas, al agua y a la tierra.
La grabación de las figuras es acompañada de otras actividades como danzas, sacrificios, ofrendas, etc. Las piedras que se grababan eran escogidas por sus especiales formas, sus considerables tamaños, la ubicación, orientación y origen. En el caso de las piedras grandes, se hallaban agrupadas y dispuestas en pequeñas explanadas y fueron trazadas con rudimentarias herramientas punzocortantes.
“Los grabados tienen 3 estilos iconográficos diferentes, que quizá corresponde a tres épocas sucesivas y clarifican que los de El Faique se convierten en un referente para el estudio del arte rupestre en la provincia de Huancabamba”, refiere Walmer Suárez.
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CUIDADO Por otra parte, el burgomaestre Antonio Huamán Chuquipoma indica que la actual gestión se encuentra abocada en la plena recuperación y mantenimiento de los accesos apropiados a los petroglifos, tanto los de Villaflor como “Tres magos”, a fin de hacerlos más accesibles.
“Mantenemos el compromiso de darle más difusión cultural a estas zonas, con visita de delegaciones a través de guías y orientadores turísticos. Los lugares turísticos y, sobre todo los petroglifos, están inventariados por el Ministerio de Cultura y mantenemos estrechas coordinaciones con la Dirección Desconcentrada en Piura”, dice el alcalde.