El vigilante y padre de familia Eduardo Noé Agurto, de 45 años de edad, murió en el Hospital de Apoyo II-2 de Sullana, tras permanecer internado por más de 8 meses, al ser atacado a balazos a manos de dos sujetos, donde uno de ellos aún sigue prófugo de la justicia.
Noé no soportó las graves heridas de los impactos de bala que le perforaron algunos órganos internos como el estómago y dejó de existir en el nosocomio de la avenida Santa Rosa ante el lamento de sus seres queridos. Tras ello, sus familiares trasladaron el cuerpo a su vivienda de la calle Ugarte en el barrio Chira del distrito de Querecotillo, donde será velado.
Hasta ahí llegó un fiscal y la Policía, quienes, tras dialogar con los familiares del difunto, trasladaron el cadáver a la morgue del Ministerio Público para que le realicen la necropsia por ser un caso penal y puedan tener pruebas para el proceso en contra de dos implicados en el hecho y donde uno de ellos está recluido en el penal con prisión preventiva.
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“Los que pedimos es justicia porque han matado a una gran persona. Nosotros como familia esperamos que se siga el proceso y les dicten la máxima pena, porque hay un detenido y falta que capturen al otro implicado”, señaló uno de sus seres queridos.
El caso ocurrió cerca de las 5:30 de la mañana del 9 de marzo de este año, cuando dos sujetos en una motocicleta interceptaron a Noé a la altura del Puente Rojo en el centro poblado La Margarita y se dirigía a laborar como vigilante de unas parcelas de la zona. Ahí, le dispararon varios balazos y 5 de ellos le cayeron en la espalda y abdomen. Fue trasladado al centro de salud de Querecotillo y luego al Hospital II-2.
En tanto, el pasado 9 de setiembre, efectivos policiales del Depincri capturaron a Carlos Enrique Sabalu Vidal (35) en el barrio Obdulio Rivera en Querecotillo por la muerte de Noé Agurto.