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Un lugar alejado, tierra fértil con extensa vegetación y sembríos, gente con mucho entusiasmo, agricultores, artesanos, niños corriendo tras un perro “viringo”, eso es lo que podemos ver en el poblado de Narihualá, en la región .

Su posesión más valiosa es el centro arqueológico del mismo nombre, asentado alrededor de la fortaleza, un vestigio de la cultura Tallán. Es una construcción hecha de adobe por los habitantes de esta cultura y que los fuertes fenómenos lluviosos del siglo XX, ha hecho que se deterioren, al punto de no tener ya la forma de una fortaleza piramidal, sino de un cerro.

La enorme cima se puede apreciar desde el camino hacia la fortaleza, donde destaca una iglesia en las alturas, que hace años sirvió como cementerio para los lugareños y con el paso del tiempo los adobes con argamasa de barro se han deshecho, quedando lamentablemente reducidos a restos sin forma en la mayor parte del monumento.

Según la historia, se cree que este lugar fue un asentamiento de la nación “Tallán”, que funcionó como un centro político–administrativo, construido en honor del Dios Walac “Ojo que avisora por la noche”, por órdenes del curaca Ñarihualac. Tal como lo demuestra en forma imponente la Huaca o Fortaleza de Narihualá, tenía un espacio ancho para funcionar como plaza ceremonial, con escaleras, habitaciones, atalayas o torreones.

Adentrarse en ella, es sentirse un miembro más de esta cultura y por su historia, significado, por ser la representación de nuestros antiguos piuranos, la fortaleza de Narihualá ha sido considerada como candidata para ser una de las 8 maravillas turísticas de la región Piura.

Germán Ocas Huamanchay, con más de 26 años al cuidado del lugar, nos menciona que los arreglos para el mantenimiento de la fortaleza, como el techado para la protección contra las lluvias, es financiado por el Ministerio de Cultura.

Pero uno no puede caminar por los alrededores de la fortaleza si no es con la presencia de “Peruanita”, “Mecnón” y “Pelao”, tres perros viringos que recorren el centro arqueológico, y se han convertido en los verdaderos “Guardianes de la fortaleza”.

La fortaleza ha sido dividida por los arqueólogos en tres sectores. La primera es donde está ubicada la iglesia y el cementerio levantado desde 1925, en la actualidad está sin funcionamiento. En el segundo está la plaza donde se realizaban los rituales y el sector tres es la parte más baja.

En el museo de sitio de Narihualá se muestran una serie de objetos de cerámica encontrados en la zona, los mismos que pertenecen a la época Inca, como pequeños cántaros, arybalos, etc., que son evidencia de la posterior ocupación en la épocas incaica y de una tumba del entierro de uno de los perros sin pelo. Con esta buena noticia de ser una de las 8 maravillas de la región Piura, los pobladores de Narihualá se preparan para recibir a más turistas. 

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