El tema de si se deben o no reformar o demoler viviendas antiguas y espacios arquitectónicos que identifican a una ciudad está desde hace mucho sobre el tapete. En este aspecto, Piura, con su desmedido crecimiento tiene un futuro no tan promisorio. En esta entrevista, el arquitecto Pedro Escajadillo, director del programa académico de Arquitectura de la Universidad de Piura, nos muestra un enfoque sobre las consecuencias del crecimiento descontrolado de la ciudad que, aparte de generar muchos problemas, pueden terminar generando una Piura sin identidad.
¿En qué medida ha cambiado el aspecto urbano arquitectónico de Piura?
Vivo en Piura hace más de veinte años y sí que he notado el cambio de la ciudad, urbanísticamente hablando; y no ha sido para mejor. Esta ha crecido de manera informal y desordenada, lo que ha generado una ciudad con problemas y sin una visión clara del futuro.
¿Qué factores han contribuido con ese cambio urbanístico?
Son muchos aspectos que lo han influenciado. Quizás los más graves sean la falta de planificación de la ciudad y la ausencia de supervisión de las autoridades. Por otro lado, influyen aspectos de tipo social, cultural, económico, ambientales y de otra índole, que coadyuvan a la situación actual.
¿Podemos decir que, con el notorio crecimiento de la ciudad, parte del patrimonio arquitectónico de Piura corre peligro de perderse?
Ya se ha perdido mucho de este patrimonio; sin embargo, todavía tenemos valiosos edificios y espacios urbanos por recuperar y conservar. Me gustaría aclarar que, al hablar de patrimonio, me refiero a construcciones y lugares de distintas épocas. Muchas veces pensamos que el término hace referencia únicamente a edificaciones prehispánicas o coloniales; sin embargo, también están en este rubro, edificios relativamente recientes de mucha calidad arquitectónica que existen en nuestra ciudad.
¿Por qué al perderse un rasgo arquitectónico característico de una ciudad, perdemos un pedazo de nuestra identidad colectiva?
Las ciudades, al igual que las personas, tienen identidad. Esta es determinada por las características heredadas de nuestros antepasados. Todas adquieren una “personalidad” que depende de su clima, geografía, y de cómo se materializan en este medio las edificaciones, configurando calles, plazas, lugares, etc.
Si destruimos estas características originales y las reemplazamos por construcciones que podrían estar en cualquier parte, obviamente, se pierde la identidad del lugar. Y, hay que aclarar que la identidad no solo la confieren las edificaciones del pasado. Se pueden diseñar y construir edificios contemporáneos con identidad.
El debate sobre demoler o reformar viviendas antiguas tiene bastante tiempo. Ante el expansionismo actual de Piura ¿cuál cree que sería la tendencia a aplicarse?
Es absolutamente compatible la expansión de la ciudad, con la conservación de edificios patrimoniales. Hay infinitos ejemplos en el mundo, donde se conservan los edificios del pasado y se les asignan nuevos usos, lo que les permite seguir “viviendo”. En casos extremos, se conservan únicamente las fachadas y al interior se hacen construcciones totalmente nuevas.
En general, se debe evaluar qué edificios se deben conservar y establecer la normativa específica para mantener las características generales del lugar.
¿Cree que es un error demoler edificaciones antiguas, muchas de ellas patrimonio cultural de la ciudad, en lugar de reformarlas?
Se deberían conservar las edificaciones más valiosas. No hace falta conservar todo. Conservar no es, necesariamente, restaurar y volver las edificaciones a cómo eran en sus respectivas épocas. Es posible modificarlas y dotarlas de nuevos usos, que sean compatibles con sus características y ubicación. En algunos casos, demoler quizá sea lo más adecuado; pero, se debería cuidar mucho lo que se va a colocar en su lugar. Para eso, se deberían reglamentar todas estas nuevas construcciones.
¿Qué factores inciden al reemplazar las edificaciones antiguas?
Debería incidir, principalmente, el respeto al entorno. Conozco varios ejemplos de centros históricos donde conviven armoniosamente edificaciones patrimoniales con nuevas construcciones. Estas últimas respetan y se acomodan a las características del lugar: uso del edificio, aspecto, altura, materiales, colores, señalización, iluminación, y un largo etcétera.
¿Qué roles cumplen en las edificaciones, el cambio climático y la contaminación?
Ambos factores van en detrimento de cualquier edificación, más aún de los edificios patrimoniales. Como arquitectos y diseñadores, debemos responder a estas y otras condiciones actuales. Nos toca trabajar, también, para controlar la contaminación y atenuar el cambio climático, en todos los niveles.