Desesperados porque querían que les apliquen la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 y no quedarse sin ser inmunizados, un grupo de ancianos con sus hijos intentaron meterse a empujones al colegio Víctor Raúl Haya de la Torre, en la provincia de Sullana.
Malestar
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Ocurrió la tarde de ayer, cuando decenas de ancianos fueron llegando desde las 11 de la mañana a la institución educativa de la calle Eduardo Vásquez, donde formaron largas colas, que llegó hasta la transversal Tumbes y la calle Grau.
Debido a que se acercaba las 2:30 de la tarde, hora que había sido señalada para la vacunación y las dosis aún no llegaban por parte del personal de salud, los ancianos e hijos empezaron a desesperarse e increparon al vigilante y a los encargados del portón del mencionado colegio.
Incluso, debido a que les indicaron que solo iban a vacunar a los que estaban en la larga fila y varios no estaban dentro de ella y se iban a quedar sin inmunizarse, pugnaron a empujones por ingresar al local, formando una gran aglomeración en los exteriores.
Incluso, algunas mujeres aprovecharon para meterse a la fila, lo que creó más malestar en los ancianos.
Tuvieron que llegar los serenos y junto al personal de salud, para ordenar en la fila a los ancianos para que respeten el distanciamiento social obligatorio. Aunque varios de ellos mostraron su malestar contra los organizadores de la vacunación, debido a que el proceso debió realizarse muy temprano por la mañana y pasadas las 4 ó 5 de la tarde, para evitar el inclemente sol que cayó en dicha hora y que causó gran malestar en los hijos de los longevos, quienes criticaron la mala organización de parte de las autoridades de Salud.
Mientras que en el Instituto Superior Juan José Farfán, los hijos de los ancianos criticaron que muchos de ellos se quedaron sin aplicarse la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus y que les dieron a los primeros ancianos, una cantidad de tickets para ser atendidos.
Piura: Abuelitos intentan meterse a empujones
Un grupo de ancianos, con sus hijos, se aglomeraron y pugnaron por ingresar porque temían que no les apliquen la vacuna