Con un templo llenó de fe y deseo de enmienda, los cataquenses vivieron la misa de Miércoles de Ceniza, iniciando la cuaresma de Semana Santa. Hombres, mujeres niños de toda condición social, se confundieron en la búsqueda de la ceniza que les indique su deseo de enmienda e iniciar las actividades religiosas de lo que es ahora, Patrimonio Cultural de la Nación.
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El párroco Manuel Castro presidió la misa de acción de gracias, concelebrada con dos sacerdotes más y llamó a los fieles a darle sentido a su vida y no buscar el gesto o pose. Ayuno, oración, acciones positivas hacia el prójimo, es lo que debe caracterizar a los seguidores de Cristo, propuso en su alocución el pastor cataquense, quien recordó que en el antiguo testamento los pecadores se rapaban el cabello y barba, vestían lo más pobre posible y se cubrían el cuerpo de ceniza para sentarse en el atrio del templo.
“Con ello se reconocían pecadores y los vecinos le señalaban como tales. Por eso, ahora debemos evitar pecar, hablar mal de las personas. Debemos ponernos un cierre en la boca y si lo abrimos, que sea para bendecir, para desear el bien”, puntualizó.
Tras acompañar la celebración eucarística, el alcalde José Muñoz Vera destacó la fe y amor a Cristo de los cataquense y pidió mantener la unidad familiar en torno a las enseñanzas del Redentor.
“Nuestra Semana Santa, es Patrimonio Cultural de la Nación y vamos a trabajar juntos para que la misma crezca y muestre el verdadero espíritu de la Fe de nosotros”, agregó la autoridad.
“Catacaos ya vive la Semana Santa”, señaló, y recordó que este viernes, un plato bandera de la Heroica Villa, como es la malarrabia, nos reunirá y
permitirá cimentar nuestra fe.