Regresaron a su Pedregal Chico, cuna que los vio nacer, después de la inundación del 27 de marzo de 2017, cuando las aguas del Río Piura invadieron sus casas. Han pasado 4 años y hoy sus pobladores viven un vía crucis, pues el agua que los inundó ahora les falta para paliar sus necesidades.
Existe un sector donde hay instalaciones en sus casas, pero la baja presión no permite que el agua llegue a las llaves, por lo que tienen que cavar bajo tierra como topos para agenciarse del líquido elemento, comprar el agua en Narihualá pagando 8 soles el viaje o mendigar entre los vecinos por un poco de agua.
Son decenas de personas de la parte más alta que sufren este problema y piden a las autoridades les proporcionen también el agua de las cisternas de la EPS Grau, que llega dos veces por semana al otro sector, donde una fila de baldes, cántaros y hasta ollas, esperan para ser llenados para abastecerse durante la semana.
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Alumnos de un colegio de Piura, fueron captados sin mascarillas y sin guardar la distancia prudente entre las carpetas en clases presenciales. (Fuente: Latina TV)