Trabajaron sin cesar para dar estudios a sus hijos
Trabajaron sin cesar para dar estudios a sus hijos

Hoy, festejamos al hombre que juega un papel muy importante en la vida de sus hijos. El rol que asumen los padres no es fácil, echarse al hombro tamaña responsabilidad no es juego, pero en su mayoría han sabido sacar adelante a sus hijos por amor.

ESTIBADOR

Santos Morocho tiene 60 años pero aún trabaja como cargador de bultos en el mercado de Piura. Nació en Ayabaca y a los 16 años llegó a Piura para quedarse a trabajar por los suyos. La competencia es fuerte y debe ser hábil para ofrecer sus servicios. Dice que llega al mercado a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde se va con 15 soles en el bolsillo para poder alimentarse y otros gastos. Cuando le preguntamos por sus hijos, su rostro se llena de tristeza y exclama que se encuentran en Lima, que no vienen hace tiempo, ni siquiera lo llaman. Sin embargo dice que cumplió como padre al educarlos, alimentarlos, amarlos, cuidarlos hasta que decidieron emprender su propio camino. Dice que todo lo hizo con amor y dedicación.

Por eso trabajó en todo: vendió verduras, frutas, refrescos. Se fue envejeciendo, aparecieron las enfermedades, pero sabe que no puede detenerse.

“Vivo solo, extraño a mis hijos pero ellos a veces me llaman. Le diría a la juventud que así no lleven un regalo, visiten a sus padres”, es el mensaje que deja Santos Morocho.

VENDEDOR

José Zapata Ancajima, un hombre de 65 años tiene los mejores recuerdos de su padre. Trabajó desde los 12 años y creció en un hogar unido, en extrema pobreza pero ricos en valores. Laboró arduamente en diferentes oficios, afirma ser un gran vendedor, eso le permitió educar a sus tres hijos que ahora son profesionales.

“Eduqué a mis tres hijos, tengo un ingeniero industrial, una psicóloga y un administrador. He sido muy hábil en las ventas. Ahora tengo mi casa, mis vehículos, es mi hobby trabajar, vivir bien, darme mis gustos y disfrutar de mi nieto de 9 años. Mi mensaje a los padres es educar bien a sus hijos e inculcar valores", menciona.

CONDUCTOR

Pedro Alburqueque o “Taladro verde”, como lo conocían en sus tiempos de futbolista, dice que ser padre es lo más lindo que le puede pasar a un hombre y por ello trabajó muy duro para velar por sus cuatro hijos, quienes ahora ya tienen sus propias familias.

A los 13 años trabajó como jardinero, a los 32 años se retiró el fútbol. También laboró en el ministerio de Transportes, vendió cerveza por 14 años, siempre de la mano de su esposa, pero hace 16 años quedó viudo y ahora se siente contento por todo lo que hizo por sus hijos.

Ahora vive solo y trabaja en su auto para seguir sintiéndose contento de que a sus 76 años pueda hacerlo.

“Lo mejor para los hijos es la educación y el cariño, porque a la hora de la muerte ellos nos van a ver”, dice Don Alburqueque.

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