"Vivamos Semana Santa con fe, respeto y amor a Cristo"
"Vivamos Semana Santa con fe, respeto y amor a Cristo"

La Semana Santa se vive distinto en porque miles de personas afectadas por El Niño Costero no han podido recuperarse, a pesar que ha transcurrido un año desde que se desbordó el río Piura.

Los tradicionales siete potajes que ofrecen los mayordomos en Jueves y Viernes Santo en Catacaos serán entregados esta vez a los damnificados que se encuentran en los refugios, además de los visitantes que lleguen a Catacaos.

Uno de los personajes —y quizá el más importante en Semana Santa— es el “Depositario”, aquel que tiene el encargo de dar a conocer la Última Cena del Jesucristo y rememorar esta semejanza dando los siete potajes del “Jueves Santo” a base de carne.

Encontramos a don Manuel Yarlequé Saavedra (40) y nos dice que lo de él es una tradición familiar que siguen durante muchos años, pues también su padre Julián y algunos tíos fueron servidores como “Depositario” o “Doliente”.

Este año, en que Semana Santa ha sido considerada como Patrimonio Cultural de la Nación, se siente feliz de servir al pueblo y cumplir el rol protagónico en esta festividad religiosa.

“Para mí es un honor y un orgullo muy grande el poder servir al Señor y celebro que se haya distinguido a esta festividad como Patrimonio Cultural, pues nos pone en los ojos del mundo, como una ciudad que siente en carne propia la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo”, dice don Manuel Yarlequé.

Aunque se muestra nostálgico cuando recuerda la tragedia que les tocó vivir con la salida del río e inundación de su pueblo, siente que es hora también de poner el hombro y buscar nuevos horizontes junto a las autoridades para salir adelante.

“Veo que en el campo y la ciudad aun no hay obras por la reconstrucción, por ello pido a las autoridades, al gobierno central, que tengan un poco más de visión, que se acerquen más a los pueblos más afectados y tratar que la reconstrucción pase por los sectores más vulnerables, los de menos recursos, pues allí donde está el mayor sufrimiento”, dice mientras mira las calles que aun rememoran aquel fatídico 27 de marzo.

“En lo referente a los siete potajes, vengo coordinando todo con mi familia y amistades que se han comprometido ayudarme para que todo salga de lo mejor en este “Jueves Santo”, que lo ofreceremos especialmente a los damnificados, así como a las personas de la tercera edad, niños y madres gestantes”, nos dice.

Este año, Manuel ofrecerá los siete potajes en base a carne y empezará con un sandwich, picante de choclo, sopa de res, estofado de res, horneado de pavo con pastel y durazno. Para saciar la sed, habrá chicha de jora y vino.

Según indicó, no mira el gasto del dinero porque lo usará para atender a más de dos mil quinientas personas que llegarán a degustar de los siete potajes, sino el amor hacia Jesús, quien vino a salvarnos de nuestros pecados y que se siente comprometido con él.

Don Manuel es locutor y desde hace 20 años está dedicado a la animación de eventos. Es hijo de don Julián Yarlequé Inga y doña Anita Saavedra Rojas.

Ahora se siente feliz al lado de su esposa, doña Leidy Tejada Antón, con quien tiene cuatro hijos; Pier Juliano (19), Diego Juliano 10), Renato Juliano (9) y Gianella Juliana (6 años), cuyos nombres son en honor a su padre.

“Busquemos la unidad en estas fiestas religiosas, vivámosla con mucha fe y unión, sintiéndonos hermanos de verdad, ayudemos a darle una buena imagen a nuestro pueblo y acojamos a los turistas y visitantes como buenos cristianos que somos y el domingo, Día de la Resurrección, digamos todos: “¡Hemos resucitado, aleluya!”, manifiesta don Manuel.

Él es devoto del Cristo de Pachacamilla y del Señor Cautivo de Ayabaca. Reflexionando sobre la Semana Santa, nos dice “para mí es sinónimo de fe, respeto, devoción y, sobre todo, de mucho amor y fe a nuestro Señor Jesucristo que está en los cielos”.

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