Feligreses peregrinan hasta la ciudad de Juli para implorar por justicia
Feligreses peregrinan hasta la ciudad de Juli para implorar por justicia

Cientos de feligreses le rinden culto al Señor de la Justicia en estos días en que el sistema judicial peruano está tan desprestigiado. Los juleños ruegan por solucionar sus problemas y realizan diversos ritos al pie del Santuario de San Bartolomé.

Todas estas actividades se realizan en la ciudad de Juli, capital de la provincia de Chucuito, conocida también como Pequeña Roma de América, ubicada a dos horas de viaje en auto por la vía Puno-Desaguadero.

La festividad tiene como día central cada 24 de agosto, cuando propios y extraños trepan hasta lo alto del cerro San Bartolomé buscando justicia, llegan a inclinarse frente a la venerada imagen que se ubica en también conocido como Apu Qullu.

En una suerte de sincretismo religioso entre lo andino y católico, ayer se realizó una misa de fiesta, procesión y brindis de honor. Encabezaron las actividades los alferados del presente año, Ireneo Villalba Quispe e hijos, y por otro lado Néstor Onofre Laura y esposa María Inés Zapata Andía.

La tradición dicta que en el día central se preparen la concentración de peregrinos y familiares, luego una caravana rumbo al santuario de San Bartolomé.

Los peregrinos provienen desde diversos puntos del país, el Señor de la Justicia ha adquirido la fama de ser milagroso.

Los principales en llegar son comerciantes, expendedores de comida, vendedores de autos y artesanías en miniatura. De manera que la fiesta también se convierte en una suerte de Alasitas.

Algunos peregrinos se animan a obtener algunos pedazos de piedra que son señales de abundancia económica, para ello utilizan cinceles y martillos.

Se puede observar también el encendido de velitas en la capilla, velas de todos los colores, pues cada cual tiene un significado especial: roja para el amor, blanca para la armonía, azul para el estudio, amarillo para mejorar la suerte, verde para dinero y negra para la ansiada justicia ante los males terrenales; y dicen que el Señor de la Justicia suele responder.

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