Despierta, despierta... muévete!” eran las palabras que lanzaba la madre de un joven que yacía sin vida en una de las mesas de la morgue del hospital de Puno.
La mujer, el padre y uno de los hermanos ingresaron para comprobar la identidad del joven y, para su desgracia, no se equivocaron: el fallecido era Guillermo Coyla Fernandez, joven de 19 años que asistía a una académica universitaria para cumplir el sueño de ser profesional.
El desafortunado falleció la madrugada de ayer. De acuerdo a fuentes policiales, el resultado de la necropsia arrojó que murió a causa de un traumatismo encéfalo craneal, es decir, recibió un golpe tan fuerte en la cavidad craneal que lo costó la vida, y todo por un celular de acuerdo a información preliminar.
Fuentes cercanas de la familia indicaron que el joven procedente de Azángaro, salió de su casa en día miércoles a las 4 de la tarde para ser parte de la noche de festejos de Halloween. Solo supieron que había salido con algunos amigos y su enamorada.
A las 9 de la noche lo llamaron nuevamente, pero nunca contestó.
De hecho jamás volvería a contestar, pues según pudieron averiguar, fue hallado en el jirón 4 de noviembre.
Posteriormente fue trasladado al hospital. Los familiares creen que aún estaba con vida y falleció allí.
Los familiares sospecharon que hubo negligencia en el hospital y creen que algo oculta el personal médico.