El pase de control fronterizo en el distrito de Desaguadero (Chucuito) funciona a medias, pese a que el gobierno peruano decidió reabrir las fronteras con Bolivia, aunque condicionado a la presentación del carné de vacunación y pruebas anticovid.
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Efectivamente, el personal de Migraciones ya viene laborando en forma ininterrumpida por disposición del Ministerio de Relaciones Exteriores, sin embargo, gran cantidad de viajeros entre Perú y Bolivia prefieren la informalidad.
Esta semana, varias decenas de personas se trasladaban a bordo de botes entre uno y otro lado de la frontera común, tan igual como se hizo durante las restricciones de la pandemia.
Es decir, la población no está haciendo uso del puente internacional de Desaguadero, a pesar de que su funcionamiento ya está habilitado.
Ocurre que los viajeros no tendrían las vacunas completas o simplemente no cumplen con tener las pruebas contra la COVID-19.
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En el puente, personal policial de Perú y Bolivia, así como personal de salud, controlan el cumplimiento de esta norma, Correo constató que algunas personas se acercan a la oficina de Migraciones y solicitan información para el pase.
No obstante, el mayor movimiento se encuentra a pocas cuadras del puente Internacional, donde tanto viajeros como comerciantes hacen intensos viajes por el río Desaguadero, los lancheros cobran cinco soles el pase fronterizo, al otro lado, hacen cola mototaxis y motocargas, dispuestos a llevar la mercadería de los comerciantes.
Asimismo, se han instalado vendedores de comidas en los alrededores, de manera que el tránsito fronterizo es más intenso en el río que en el puente.