Tras ganar las pasadas elecciones regionales, Walter Aduviri comenta sobre las perspectivas de gestión que tiene para la región Puno durante los próximos cuatro años.
¿Qué ha significado el Aimarazo para Walter Aduviri? En este tema, la marcha se fue encaminando en el año 2011 y fue por la concesión minera que había firmado Alan García Pérez en el año 2007. Esto afectaba a la provincia de Puno y los distritos de Kelluyo, Pisacoma y Huacullani. En ese marco es que la población se organiza. El decreto violentaba los derechos fundamentales de la persona, de los hermanos de la zona y, lo peor, es que provenía de actos de corrupción. La gente pide que se respete, mínimamente, el derecho a la consulta previa. Posterior al diálogo, el DS 083 se deroga.
¿Allí es cuando Walter Aduviri decide postular al Gobierno Regional de Puno? No, de ninguna manera. Decido ir a la escena política, cuando ya no era dirigente, a finales del año 2013 e inicios del año 2014, a causa de que había visto mucho menosprecio de parte de Lima, no solo a una o dos personas, prácticamente a toda la jurisdicción: insultos, difamaciones, sindicarnos como terroristas, radicales, antiinversión o como si fuéramos de otro planeta o del patio trasero del Perú. En ese entonces, encaminamos un proceso de recolección de firmas con el movimiento Mallku, pero no se logró. Sin embargo, después se conversa con Democracia Directa y se participa en el proceso electoral de 2014.
¿Cuál será su posición respecto al proyecto Corani, el caso de explotación del litio y otros proyectos mineros? En primer lugar, nosotros tenemos identificadas nuestras atribuciones. Nuestra atribución es la pequeña minería y minería artesanal. Allí vamos a trabajar de manera responsable, dando asistencia técnica y legal en el proceso de formalización de los hermanos que trabajan en esta actividad. Ahora, la gran minería no es una atribución del Gobierno Regional sino del Gobierno Central. Pero si nos piden una opinión, somos críticos, aunque eso no meritúa no escuchar a la población. Por ejemplo, si el Gobierno encaminara algún proyecto, lo mínimo es que consulte a la población, utilizando los instrumentos del derecho a la consulta que es el Convenio 169 de la OIT. Luego, yo soy crítico con la gran minería, por eso yo planteé que se ponga en debate el modelo de extracción boliviano, porque es diferente a lo que pasa en el Perú.
¿Cuál es la diferencia? En el Perú tenemos asesinatos, encarcelamientos, persecución, denuncias, y hasta discapacitados producto de las luchas sociales. A esto se suman los paros, huelgas, movilizaciones, estados de emergencia y el Ejército controlando a las comunidades. Se suma también la corrupción y el hecho que el modelo extractivista solo te deja un sencillo. Mientras que en el modelo boliviano, el recurso natural es de todos los bolivianos y los excedentes de esos beneficios los usan en autopistas, gas domiciliario, parque automotor e industria. Tienen buenos colegios en la ciudad y el campo. En Bolivia no hay paros, no hay marchas contra la extracción, al contrario, apoyan el uso de los recursos naturales. Con el modelo boliviano creceríamos de 8% a 10% en el Perú, pero en lugar de discutir esa propuesta, solo recibimos insultos.
Sin embargo, el modelo boliviano sigue siendo extractivista, lo que choca con el planteamiento del indigenismo o de los pueblos originarios... Bueno, es una propuesta del pueblo andino amazónico. No olvidemos que en el Tahuantinsuyo se extraían los recursos naturales, pero eso era explotado por los mismos pobladores, no por foráneos ni extranjeros.
Sin embargo, en Bolivia sí hay huelgas y denuncias de corrupción. Mucha gente piensa que el manejo del Estado y sus enfoques no deberían estar solo a cargo de un grupo... Ese es otro tema, estamos hablando de recursos naturales, las huelgas son otros asuntos. Los paros en Bolivia no son en contra del litio o del uso del recurso natural, los paros son derechos laborales o por el respeto del Referéndum.
¿Cómo le gustaría a Walter Aduviri ver a Puno dentro de cuatro años? Una región donde se haya sentado las bases del desarrollo, encaminados los grandes proyectos y, definitivamente, se haya mejorado la calidad de vida, se haya combatido la anemia, desnutrición crónica, se haya mejorado la salud y educación. Además, se haya sentado las bases para el desarrollo hídrico con microempresas, siembra y cosecha de agua; una región que dé valor agregado a sus productos.