El catedrático de la Universidad Nacional Jorge Basadre Oscar Panty Neyra recordó que la última vez que se activó la Quebrada del Diablo fue a fines de febrero de 1927, al igual que la Quebrada de Karamolle, ya que se trata de un evento cíclico y debería ser tomado en cuenta por las autoridades para adoptar medidas de prevención.
RESPONSABLES. Dejó en claro que el cuestionamiento va dirigido a las autoridades que gobernaron Tacna desde hace décadas, ya que permitieron que la población urbanizara una zona tan vulnerable como es el cauce de la Quebrada del Diablo y el cerro Intiorko, donde hay un material de fácil erosión, por tanto está expuesto a sismos y huaicos.
“Esto ya lo sabemos (el riesgo), lo que pasa es que la gente se olvida y las autoridades que conducen nuestros destinos deberían ser previsoras, no vamos a hablar de las autoridades actuales sino de aquellas que pavimentaron y borraron el cauce del río Karamolle, también las que construyeron aquí (en la Quebrada del Diablo) el terminal y el colegio Fe y Alegría”, señaló.
Considerado que ya no se puede revertir dicha situación, planteó que se construya un cauce que bordee el “Paradero Mosca” y pegado al cerro conduzca las aguas a la parte baja de la ciudad.