El 8 de agosto por la madrugada más de 250 ciudadanos haitianos entraron de Chile al país por pasos no habilitados en la frontera. Cuando esperaban en el terminal terrestre Odría un bus que los lleve a Lima, algunos contaron haber recibido ayuda para ingresar al Perú.
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Haciendo las indagaciones se conoció que una presunta banda dedicada a traficar con migrantes seguiría operando entre Perú y Chile pese a la pandemia, hecho que puso en alerta a la Policía.
Ofrece traslado ilegal a Tacna
Según información recogida en el terrapuerto tacneño, personas conocidas con los apelativos de “Chocolate”, “Bibirí”, “Ojitos”, “La Sole” y otros captan a ciudadanos extranjeros ofreciendo el servicio de traslado ilegal de Tacna (Perú) a Arica (Chile) o viceversa a cambio de dinero, ya que la presunta banda delictiva tendría a sus integrantes en ambos países.
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Un transportista, con varios años de labor en la ruta Tacna a Arica o viceversa, contó que una banda de traficantes de migrantes ayudó a la delegación haitiana en cruzar la frontera ese 8 de agosto.
Cobran 100 dólares por extranjero
“Por cada haitiano han cobrado 100 dólares. En el lado chileno los adiestraron para que de noche caminen siguiendo la línea férrea del tren en sentido de sur a norte; luego ese grueso de personas pisó suelo peruano sin tener inconvenientes por la PNP de fronteras”, dijo el informante.
Otro colectivero indicó que miembros de ese grupo que lucra con los migrantes luego hicieron las coordinaciones con una empresa de radiotaxi para que varias de sus unidades se dirijan por la carretera Panamericana Sur, hasta antes del complejo fronterizo Santa Rosa, para que trasladen a los extranjeros infractores a la ley migratoria hacia el terrapuerto tacneño.
Policía ejecuta operativos
Un policía de Seguridad del Estado, que participó en un operativo de control de identidad a los haitianos en el terminal Odría el domingo 8, dijo que la mayoría de esos extranjeros contaba con dinero y cédula de identidad. Dos de ellos contaron que la mayoría del grupo estuvo en Chile meses o años trabajando en obras y chacras, incluso algunos con familia (esposa e hijos), pero el auge laboral había mermado en el sur y querían volver a Haití.