Las fiestas con excesos ofenden a los pobres

Entre 90 a 100 cruces llegaron hasta la Catedral de Tacna para participar en el inicio de la festividad de la exaltación de la cruz, celebración tradicional en esta parte del país.

La jornada se inició a las 7 h con la concentración de los devotos en la avenida Bolognesi, a la altura del Mercado Central, donde fueron recibidos por el obispo Marco Cortez Lara y un equipo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, para luego iniciar la procesión hacia la Catedral.

A las 9 h aproximadamente se inició la Homilía por la festividad de las cruces, con la asistencia de cientos de alferados y devotos.

FESTEJOS. Cortez Lara invocó a los alferados y organizadores de los festejos celebrar con mesura porque cada exceso con alcohol y orquestas, es una ofensa a los más pobres de la comunidad.

Cuestionó ello porque en años anteriores se ha evidenciado que algunas fiestas son festejadas con bandas de música, rumas de cajas de cerveza y bulla, que molesta a los pobladores de los alrededores y que no van acorde a lo que propugna la Iglesia Católica.

La festividad de la exaltación de la cruz, es más bien una fiesta para reflexionar acerca del significado de la cruz, como vehículo para acercarnos a Dios y a la salvación.

“Se ha ido reflexionando sobretodo tomando más conciencia de que hay que cambiar, hay que cambiar la actitud, tiene que haber una reflexión en el entorno de ellos, no como una orden externa, sino un cambio desde dentro”, refirió la autoridad eclesiástica.

Antes de retornar a sus lugares de origen, las cruces fueron bendecidas por monseñor.

Muchos de los feligreses vistieron indumentaria típica como polleras, chaquetas y sombreros andinos. Otros trajeron bandas pero tuvieron que interpretar y danzar alejados de la Catedral.

Una muestra del significado de la devoción a las cruces la dio la señora Gertrudes Ale Calizaya, quien hace décadas se dedicaban al comercio entre Tacna y Arica utilizando el ferrocarril y en el camino encontraron una cruz en una capilla.

Es así que se hicieron devotos de la Santísima Cruz del Ferrocarril y se encomendaron a ella para que los proteja en sus viajes y les ayude a procurar el sustento de sus hogares.