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El obispo emérito Manuel Muñoz Bernedo tuvo su última lucha el pasado sábado pero un paro cardiaco le cegó la vida a los 93 años, partiendo al cielo para seguir guiando a los fieles y católicos que le guardaban cariño. Fue sepultado hoy en la cripta de la Catedral de Tacna.

Es el primer sacerdote en la región cuyos restos son depositados en el recinto donde descansan los cuerpos del primer obispo de la Diócesis de Tacna y Moquegua, monseñor Carlos Arce Masías.

Con una misa de cuerpo presente celebrada por el obispo Marco Antonio Cortez Lara, en la Catedral, ingresaron los restos de Muñoz Bernedo en los hombros de los sacerdotes de la Diócesis, acompañado por familiares, amigos y fieles católicos que llevaron al religioso hasta su última morada.

El clérigo nació un 25 de mayo de 1923 en el distrito de Yarabamba (Arequipa) y fue ordenado sacerdote en 1949. Llegó a la región heroica de la mano del segundo obispo de la Diócesis de Tacna, monseñor Alfonso Zaplana Belliza, siendo su secretario.

En su años en el departamento fue el párroco de los templos de Pachía, Candarave, Virgen de Fátima y fue artífice de la construcción de la capilla de Chapi.

Además se desempeñó como canciller de la Diócesis de Tacna, capellán de la guardia civil, también de la exnormal Corazón de María y por varios fue capellán del Cementerio General, cargo que tuvo hasta antes de su muerte. Los colegios Gregorio Albarracín y Santa Ana también lo recordarán porque fue su docente.

El obispo Cortez rescató su labor y compromiso a favor de la iglesia y la feligresía quien al cumplir 50 años de sacerdocio escribió en su recordatorio que estaba al servicio de Dios hasta su muerte.

Tras la misa los restos fueron llevados a la cripta donde fueron depositados entre cánticos y vivas de los asistentes.