Luego de 10 años de estar malogrado, el reloj de la Catedral de Tacna vuelve a marcar la hora. Fue arreglado por un ciudadano venezolano que parece haber ser traído por la divina providencia.

Juan Francisco Orsolani Gómez llegó a Tacna hace cuatro meses, empujado por la aguda crisis económica que padece su país, Venezuela.

Es así que, gracias a la intermediación del padre Isrrael Orozco, estaba haciendo reparaciones en la parroquia de Tarata, cuando se percató que su reloj se encontraba descompuesto. Al tener conocimientos de relojería, de inmediato se ofreció para arreglarlo. En solo pocos días lo dejó como nuevo, marcando la hora y los minutos para la felicidad de la feligresía.

Luego es el padre Oscar, de Pachía, quien lo llama para arreglar también el instrumento de su templo. Finalmente lo contacta con el monseñor Marco Antonio Cortez Lara, para analizar la posibilidad de arreglar el reloj de la Catedral de Tacna.

AUTODIDACTA. Orsolani cuenta que estudió ingeniería mecánica en su natal Venezuela, pero no terminó la carrera. Dice que lo de relojería lo aprendió de forma autodidacta. En su casa tenían cerca de ocho a diez aparatos de péndulo en su sala, los cuales sonaban al mismo tiempo al señalar la hora.

Luego de evaluar los daños ocasionados por el óxido, la suciedad y el paso del tiempo, le dijo al obispo que sí sería capaz de componer el aparato de la Catedral. “Le tuve que hacer un mantenimiento a las piezas y colocarle guayas nuevas. También en lugar del vidrio que podía caerse en cualquier momento, se le instaló un acrílico publicitario”, precisa.

El trabajo de reparación tomó 22 días. Orsolani se pasó varias horas lijando y limpiando cada una de las piezas de bronce en un improvisado taller en la azotea de la Catedral.

Luego del arduo esfuerzo y una vez rearmadas cada una de las piezas, por fin se puso nuevamente en movimiento. Lo mejor ocurrió cuando al marcar la hora en punto, coincidió con el repicar de las campañas del primer templo de la Ciudad Heroica.

Orsolani se siente emocionado de haber finiquitado este trabajo que representa una alegría para los fieles de la Iglesia Católica. Ha recibido decenas de mensajes de saludo, felicitación y agradecimiento a través de las redes sociales como el Facebook.

Cuenta que su esposa se encuentra en Venezuela a punto de viajar al Perú junto a sus cuatro hijos. Él los espera con ansías para tener reunida a su familia.

Acerca de su futuro, no sabe lo que se le depara, pero confía en que recibirá la ayuda de los peruanos como ha ocurrido hasta ahora.

Algunos representantes de otras parroquias ya lo han contactado para hacer algunos otros trabajos.