José Alburqueque: “Recibí el llamado de Dios para encarnar a su hijo”
José Alburqueque: “Recibí el llamado de Dios para encarnar a su hijo”

Con una corona de espinas sobre su cabeza, una túnica blanca con un manto rojo y sandalias negras, José Luis Alburqueque Medina, de 68 años de edad, encarna místicamente a Jesucristo en la ciudad de . Docente de profesión, mencionó que lleva más de dos décadas personificando el papel del hijo de Dios en Semana Santa.

EL LLAMADO

Durante el año 1980, José Alburqueque conformaba pequeños grupos de teatro donde escenificaba a Jesús.

“Hacía pequeñas escenificaciones en domingo de ramos y, también, preparaba algunas secuencias del Vía Crucis”, con nostalgia, recordó.

Entonces, allá por el año de 1998, el padre Juan Rebolledo sostiene una conversación con Julio Olivera Paredes, profesor de Arte Dramático, y le sugiere que organice un taller de teatro sobre el recorrido de Jesús antes de su muerte.

“Recuerdo que estaba metido en la música y, como se dice, tuve una vida loca pero el fallecimiento de mi hijo hizo que reflexione sobre eso. Sentí el llamado de Dios, y por tal motivo, me enteré que había un casting para escenificar el Vía Crucis del cual participé”, dijo el actor tumbesino.

Sin embargo, Julio Olivera le dice que los personajes importantes ya tenían un intérprete; pero, recordó que necesitaba a un hombre que interiorice a Poncio Pilatos.

Para ello, el docente aceptó y comenzó a prepararse por dos meses, aproximadamente.

“La formación del grupo de teatro comenzó a partir de los primeros días del mes de enero, pero, a finales de febrero, le hice entrega de un libreto de Jesús que había preparado hace muchos años”, afirmó.

En efecto, Alburqueque comentó que se intercambiaron roles debido a que César Rojas, quien interpreta actualmente a Poncio Pilatos, tenía mucha carga laboral porque se dedicaba a la tesorería de la iglesia San Nicolás de Tolentino.

“Fue una llamada telefónica de César donde se excusaba por su inasistencia al ensayo y, sobre todo, alegó que no podía seguir con el papel de Jesús”, manifestó.

Julio Olivera le dio la noticia que interpretaría a Jesucristo.

Le bastó solamente un mes y medio para que el profesor José Alburqueque se involucrara en el papel.

ENSAYO

José Alburqueque lidera la preparación del ensayo junto al grupo de teatro.

A cada actor, le hace indicar qué tipos de gestos tiene que realizar según la escena y ayuda a moderar el tono de voz.

Previo a las coordinaciones del ensayo, todos se dirigen a la puerta derecha de la catedral de Tumbes para orar a Dios.

Se toman de la mano, cierran sus ojos e inclinan la cabeza pidiendo que Jesús les brinde la sabiduría para que se desarrolle con éxito el ensayo.

El profesor comentó que siempre le pide permiso para interpretarlo en Semana Santa.

Luego, con el guion en mano, cada uno asume su papel. José Alburqueque cambia su rostro de alegría a un ser compasivo. Calmado. La explanada de la catedral nos conduce al momento de sufrimiento que vivió Jesús antes de ser crucificado.

Camina lento y trastabilla varias veces cuando los soldados romanos aceleran con el paso. Cae al suelo. Una mujer se le acerca con los ojos sollozos pidiendo piedad por la injusticia. Los soldados lo levantan y siguen burlándose de él en pleno caminar circular de la explanada de la catedral de Tumbes.

VÍA CRUCIS

José Alburqueque afirma que interpretar a Jesús por casi un cuarto de siglo, en la ciudad de Tumbes, conlleva a una gran responsabilidad. Cada año comprende mucho mejor el trabajo del hijo de Dios en la tierra.

“Dios decidirá hasta cuándo deba asumir la responsabilidad de interpretar a su hijo. Me podré sentir cansado, pero él decide todo”, acotó.

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