A doce años, diez meses con nueve días de pena privativa de la libertad condenó el Juzgado Penal Colegiado Supraprovincial de Tumbes a una mujer que intentó pasar clorhidrato de cocaína al penal de Puerto Pizarro camuflada entre sus partes íntimas para ser entregado al interno Jesús Darwin Arica León.
El órgano judicial además resolvió que Arlee Mayra Alejandra Mori Cubas, sentenciada como autora contra la salud pública en la modalidad de favorecimiento al consumo de drogas mediante actos de tráfico, también se le impuso ciento cincuenta días multa, que asciende a la suma S/ 1,163.50 soles.
Así como al pago de una reparación civil de S/ 3 ,000.
La condena a Arlee Mori de doce años, diez meses con nueve días de prisión efectiva, la misma que deberá cumplir desde la emisión de la presente resolución, 25 de junio del 2021, y, vencerá el 3 abril del 2034, fecha en la cual deberá ser puesta en libertad siempre y cuando no haya otro mandato judicial que le impida; disponiéndose la inmediata ejecución de la sentencia, oficiándose a la autoridad penitenciaria con tal fin.
HECHOS
El 11 de noviembre del 2016, Arlee Mayra Alejandra Mori Cubas, se había provisto de droga a efectos de realizar el ingreso de la misma al establecimiento penitenciario de Puerto Pizarro, para lo cual había averiguado el nombre de reclusos con el propósito de hacerse pasar como visitante.
Según las indagaciones fiscales, la mujer se habría desplazado desde la ciudad de Chiclayo hasta la región Tumbes, donde había realizado el acondicionamiento del estupefaciente al interior de sus partes íntimas, para de este modo evitar ser descubierta durante el control del personal del Inpe.
Siendo las 1:30 horas del día señalado, la acusada ingresó al cubículo número del área de revisión corporal del Penal de Tumbes, indicando ser visita del interno Arica León Darwin, seguidamente al ser consulta por la agente penitenciario si llevaba consigo algún objeto o sustancia prohibida, respondió que no, mostrándose nerviosa,
Ante esta situación las agentes del Inpe le ordenaron que se quitara su prenda íntima y que hiciera flexiones con las piernas, consiguiendo que cayera al piso un envoltorio con 95 gramos de clorhidrato de cocaína en forma cilíndrica, envuelto con cinta de embalaje, el cual llevaba dentro de sus partes íntimas (cavidad vaginal).