Pocos son los comerciantes informales que quedan en la cuadra diez de la calle Piura.
Tras el medida de reubicación por parte de la municipalidad de Tumbes muchos de ellos han optado por retirarse por temor a los operativos de serenazo y la policía municipal.
El comerciante Carlos Diaz, uno de los pocos informales que aún instala su mercadería en la vereda, expresa que constantemente corre el riesgo de que los municipales incauten su negocio. “Si la municipalidad no nos quiere ver que nos busque un lugar adecuado. Yo en estos días no vendo nada y estoy endeudado con el Banco”, expresa.
Carlos Diaz sostiene que antes la cuadra diez de la calle Piura estaba ocupada por unos 40 ambulantes, sin embargo luego de que la comuna tumbesnia implementara el operativo “Barrido” la gente mejor ha gurdado sus productos.
A pesar de que varios comerciantes se han ubicado en la cochera “Villar”, donde le dan vida al nuevo centro de abastos “Divino Niño”, para algunos informales la zona no cuenta con las condiciones básicas para albergarlos.