Imagen
Imagen

Los hermanos Patricio, Gastón y Guido Sardelli vuelven a Lima con una gira promocional de su banda, Airbag. Correo conversó con el último de ellos sobre lo que significan las casi dos décadas que llevan componiendo música.

¿Qué nos puedes adelantar de esta presentación?
Para nosotros esta visita es importante porque podemos conectar con otras ciudades que también nos han esperado durante mucho tiempo. Vamos a poder hacer un repaso por los temas de toda nuestra carrera, esos que la gente no dejará de pedir nunca, y de los nuevos que tenemos.

Siendo hermanos, ¿cómo desarrollaron esa química para entenderse a lo largo de 19 años? ¿Alguna vez compitieron entre ustedes?
La competencia ha estado presente entre nosotros, pero es bastante sana. De alguna manera siempre hemos sido tres fuerzas de composición. Trabajamos por separado y luego nos reunimos y vemos qué funciona para el disco que vayamos a trabajar.

Tras lanzar su último disco, Mentira la Verdad (2016), referiste que se vive un momento de una “crítica blanda, liviana y rápida”. ¿En qué momento el rock latinoamericano pierde su característica contestataria y rebelde?
No sé si todo el rock tiene que ser contestatario como una norma, pero es importante que los artistas tengan algo que decir. Es como que ahora todo está suave. Inclusive creo que es más un problema de los Estados Unidos, que ha normalizado la música de una manera que todo está estandarizado. Por ahí es mejor tener a alguien cantando sin nada que decirle a su público o que los haga pensar, a tener a cinco pibes con ideas claras y que generen revoluciones.

¿Crees que vivimos en ese “Apocalipsis Confort”?
Por completo. Creo que hemos llegado a una época en que las marcas, o cualquiera que nos estudie, nos va a conocer mejor que nosotros mismos. Es una locura que una empresa sepa más de tus amigos que tú. Mientras tanto, todos seguimos relajados como si no estuviera pasando nada en nuestras narices.