Cecilia Valenzuela: “En televisión la sangre es un recurso barato”

La periodista, abogada y conductora Cecilia Valenzuela estrena este domingo el programa periodístico MQH, a las 20.30 horas, vía Willax Televisión (Canal 31 en la señal abierta) y en diálogo con Correo analiza la televisión actual, la forma de periodismo que se practica y los momentos más difíciles que ha enfrentado en sus 25 años de carrera.

¿Qué denuncia van a presentar este domingo? 

Tenemos un reportaje con nuevas pruebas sobre la usurpación de funciones de Nadine Heredia. El contenido del programa es de investigación periodística, queremos innovar la forma de presentar nuestros reportajes. Vamos a exponer testimonios, enlaces e interpretaciones del periodista. Somos un equipo de cinco personas y queremos trabajar entrevistas de distinto tipo, análisis y opinión editorial.

Has dicho que con el ingreso de Willax a la señal, la televisora cambia, pero no deja su esencia. ¿Ha sido difícil lograr aquello? 

Tremendamente difícil. Tenemos convicciones de orden político, creemos en la democracia, la libertad, en el mercado; no creemos en un Estado hacedor de cosas, compilador de dádivas, responsable formal, pero a la hora de la hora no responde por las carencias de los peruanos. El Estado está ahí, enorme, gordo, panzón, como habría dicho el presidente Ollanta Humala, pero no responde. Han venido socios, inversiones, cosas grandes, pero lo que hemos logrado conservar es la línea editorial. Eso no cambia, no se negocia.

En tus 25 años como periodista has conducido varios programas de televisión y la censura también ha estado presente... 

Censura con el régimen de Montesinos-Fujimori, sobre todo en el año 91- 98, después no. Luego he trabajado con mucha libertad, pero han habido presiones, siempre hay presiones. La gente del grupo La República, (Gustavo) Mohme, por ejemplo, presionó para boicotear La ventana indiscreta. Esa fue la presión más difícil, no fue la presión política que intentó hacer el propio expresidente Alejandro Toledo y su esposa (Eliane Karp), porque éramos un equipo periodístico crítico de su labor.

¿Piensas escribir un libro? 

Estoy coordinando con un pequeño grupo de periodistas para hacer una próxima publicación. Y está pendiente mi libro de anécdotas periodísticas, le servirá mucho a los jóvenes que quieren hacer periodismo y aprender de mi experiencia. A mí no me gustan las investigaciones que se basan en chuponeos y esas cosas porque me parece que no son investigaciones.

¿Qué piensas de los periodistas que pagan a una fuente a cambio de información? 

Me parece una cosa bien complicada, se ha hecho a lo largo de la historia en el periodismo en el mundo entero. Es una opción personal y legítima; yo prefiero no hacerlo, me parece muy peligroso. La fuente puede terminar fabricando información porque te crea una necesidad.

¿Crees que la noticia de corte político debe abordarse desde la broma, como lo hacía Beto Ortiz en La noticia rebelde? 

A veces tienes que ponerle humor, porque si no te pones a llorar. Yo prefiero el humor frente al morbo, escándalo o la sangre. Yo hubiera preferido ver en Latina La noticia rebelde antes que el programa de (Nicolás) Lúcar, que tiene un estilo espantoso de llamar la atención. Prefiero el humor, definitivamente. La sangre es un recurso barato; el humor, en cambio, es un recurso inteligente y fino.

¿Te interesaría ingresar a la política en los próximos años? 

De ninguna manera, soy una periodista polémica, que dice lo que piensa, que puede gustar o no. Me ha tocado ser querida y odiada por distintos grupos de gente y diferentes momentos del país. Eso es natural. No tengo miedo a estar sola o en minoría. No menosprecio a los políticos, yo respeto a los políticos. Yo tendría que dejar el periodismo para ser política, no se puede entrar a la política, luego volver al periodismo; no me parece serio.

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