Chela De Ferrari: Nuestro deber es arriesgar
Chela De Ferrari: Nuestro deber es arriesgar

ESTAMOS EN UNA METAMORFOSIS PERMANENTE. Cada nueva obra nos renueva. Cambiamos de director, de actores, de personajes, de pisos, de paredes, de música, de todo cada tres meses. Esa es la razón por la que después de diez años de trabajo, y cerca de 70 obras producidas, la pasión sigue intacta.

NUESTRO TRABAJO ES PONER SOBRE EL ESCENARIO LOS SUEÑOS DEL DIRECTOR SIN QUE ESTE SE PREOCUPE EN ABSOLUTO DEL DINERO, de la publicidad, ni de nada. Imagínate eso en una época en la que no había movimiento teatral y en un país que recién se recuperaba del terrorismo. Abrir el teatro como una organización sin fines de lucro, en 2003, fue un proyecto riesgoso. Pero La Plaza de algún modo impulsó a que otros espacios produjeran más obras.

DESCUBRÍ QUE LA DIRECCIÓN REUNÍA TODAS LAS ARTES QUE SIEMPRE HABÍA BUSCADO: la escultura, la fotografía, la poesía, la música. Yo estudié pintura, pero un día, casada y con hijos, me inscribí en un taller de teatro. Ahora acá yo diseño las escenografías, me ocupo de las luces –que también es un modo de pintar–, escribo y, sobre todo, trabajo con las personas. Decidí abrir un teatro para contar mis historias, las de otros directores y diseñar mi propia programación. Foto: Elías Alfageme

Puede leer la nota completa en la edición 132 de la revista

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