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Esta entrevista tuvo como fin conocer un poco más sobre el 'Día del cómic gratis', que se está desarrollando en el ICPNA Miraflores, y cuyo ingreso es totalmente libre. Sin embargo, termina siendo una conversación interesante, debate y aprendizaje sobre historietas, anécdotas, directores, giros narrativos, rivalidades, etc. Rómulo Valenzuela y Fabián Santos. y Luis Quiróz son los protagonistas de esta historia, cuyas edades oscilan entre algunas décadas de diferencia, pero comparten una misma pasión, los cómics.

"Tómale (foto) a estas y todo el mundo te va a escribir", dice Rómulo, mientras sostiene en sus manos dos números icónicos de las historietas de Los Vengadores y El Hombre Araña. Se ríe, pero aclara que no son los originales; si lo fueran, valdrían miles de dólares. Entre las explicaciones, los personajes parecen perder su misticismo. Aquel que los torna irreales y sorprendentes ante nuestros ojos, pero que más allá de su figura estética similar a la de los humanos, sufren como cualquier hombre. 

Pero como toda historia, en la que el giro narrativo le hace la vida imposible a los personajes, Rómulo y Fabían, quienes llevan más 40 años siguiendo esta cultura, recuerdan los obstáculos que tuvieron que sortear para continuar siguiendo su pasión.

Ingenio, escasez y dictadura

Década del setenta, gobierno militar. Cuando lo más comercial se volvió prohibido, pero aún así existió la necesidad de seguir buscando. "Nosotros teníamos acceso a los Novaros (editorial de cómics), pero era un tesoro encontrar estas ediciones (El Hombre Araña), Era un tesoro tenerla. Gracias a ellos tuvimos una fuerte cultura de cómics de DC, porque los de Marvel eran escasos", explica Rómulo, quien tiene en sus manos aquellas ediciones que solía encontrar en las calles, con sus amigos, a la salida del colegio. 

Los códigos eran distintos por aquellos años. "Hasta para robarte era todo distinto", sostiene Fabián. "En el límite de Lince y San Isidro, recorría todos los quioscos de la zona saliendo del colegio. Uno le preguntaba al vendedor, 'Señora, ¿tiene 'chistes'?' y te sacaba todas las historietas. Antes se les conocía así", recuerdan Valenzuela y Santos, quienes hoy dirigen Park Cómics.

Pese a que en la actualidad buscar un cómic no es una tarea titánica por el alcance de internet, el romanticismo de leer una historieta en físico no se ha perdido. "La gente lee mucho por internet, pero eso hace que la gente compre solo lo que la gente quiere tener en físico", explica Santos.

Crecimiento exponencial

Han pasado nueve años desde que Luis Quiróz, integrante de la comunicad Marvelitas Now, se inició en el mundo de los cómics. Hoy, a sus 21 años, ilustrador de profesión, es parte de aquel grupo de fanáticos que comparte esta cultura a través de foros y charlas, sobre las cuales las historias fantásticas, sobre las que nacen muchos prejuicios, se tornan reales.

"Es más por los personajes. Viéndole el sentido complejo, se puede tomar como una caricatura de televisión. Nadie te obliga a tomar y leer una historieta, pero así como los padres le pueden leer los cuentos infantiles a sus hijos, creo que también pueden hacer lo mismo con un cómic. Incluso, hay una narrativa infantil. Actualmente, he visto que los padres compran historietas", señala Quiróz.

A través de la última década, el estreno de películas, tanto por Marvel y DC, ha significado un incremento en los fanáticos que siguen las historietas.