Eva Ayllon: “Tener la autoestima alta y mucho orgullo es vital para atesorar el don que Dios te dio”
Eva Ayllon: “Tener la autoestima alta y mucho orgullo es vital para atesorar el don que Dios te dio”

“No te miento, qué me iba a imaginar que algún día cantaría en el Carnegie Hall, la Quinta Vergara de Viña del Mar o en el Palacio de Bellas Artes de México. Si se puede pedir algo, diré que quiero llevar la música negra al Lido de París. ¿Por qué no?”.

Eva sueña, sueña siempre, no ha dejado de hacerlo desde que con zapatos prestados cantaba en las peñas y en el último turno. Hoy a puertas de sus conciertos por el Día de la Canción Criolla sigue con los nervios de la primera vez y con los sueños que la mantienen viva.

¿Alguna vez has pensado qué hubiera sido tu vida sin la música? Estaría gorda, inmensa, tendría el pelo chiquito, seguro con diez hijos.

¿La música cambió tu vida? La música cambió mi destino, recuerda que a los 15 salí embarazada y el papá de mi hija quería casarse. A él no le gustaba que cantara, era muy celoso. Me imagino que si yo hubiera seguido con él, habría abandonado la música.

¿Extrañas el Lince de tu niñez? Muchas veces. Me da nostalgia el barrio, los chicos, lo que hacíamos, la vecindad, esa hermandad que había, a pesar de la escasez.

Cuando hay menos, la gente es más solidaria, ¿no? Cuando vives en un condominio, en un edificio, lo que pasa de tu puerta para adentro es lo único que importa. En la quinta donde yo nací, todo era público, el caño de agua, los baños, todos estaban afuera. Había que verse siempre. “Vecina, ¿qué has hecho de almuerzo?”, le decía mi abuela a sus amigas. “Me falta un poquito de sal, arroz, azúcar, yo se la devuelvo”. Esos diálogos se escuchaban siempre.

Esas costumbres, los recuerdos aún te acompañan... Todo el tiempo. Yo soy de acercarme, saludar, de preocuparme por otros.

¿Te ves reflejada en las jovencitas que se presentan en La Voz Perú? Siempre, en hombres y mujeres. Sufro con ellos, los veo y digo: “Así empezamos todos, nerviosos, con muchas ganas de sobresalir”. Lo que deseo y pido es que tomen en cuenta lo que yo les digo con respeto, que les quede como enseñanza. A mí me hubiera gustado que en mi época pasara algo así.

Pero tuviste buenas maestras, a las grandes de la música criolla... Varias, muchas y muy grandes. Y me aconsejaban todo el tiempo y había que obedecer, aunque no te guste había que hacerlo.

¿Cuál de esas enseñanzas conservas hasta ahora? Lo relacionado a tu vida pública. Si tú te quieres tomar un trago, conversar con alguien, hacer algo con tus amigos, para eso tienes casa, ventanas y puertas cerradas. El exhibicionismo, hoy más que antes, te crea problemas, situaciones que no existen y que otros hacen creer.

¿Le has puesto límites a tu carrera, un final? ¿Eso de “quiero morir sobre los escenarios” va contigo? Alguna vez dije que cantaría hasta que cumpla los 50, en esos tiempos me veía físicamente mal, hasta que conocí a unos médicos que me cambiaron la vida y aquí estoy. Me dieron autoestima, belleza, cuidados. Ahora me siento mejor que nunca.

¿Es importante creérsela para ser una artista exitosa? Es vital tener autoestima alta y mucho orgullo por lo que eres para atesorar ese don que Dios te dio.

Hay quienes confunden tu autoestima con soberbia. Gente que tiene una percepción equivocada de ti... Sí, puede ser, me pasa a cada rato. Hay “pequeños lunares”, como decía mi abuelita, gente que no sabe cómo soy yo. Ya no me afecta eso, lo ignoro.

A tus casi 60 años, ¿qué es lo único que te interesa ahora? Estar tranquila, que mis hijos estén bien, mis descansos, mi televisor, mi tejido, mi perra.

¿Y cómo artista? Buscar repertorio nuevo, vestuario, crear siempre, seguir cantando y nunca dejar de soñar.

TAGS RELACIONADOS