Ha cantado sus temas cientos de veces en las últimas cuatro décadas y aún no pierden vigencia. No es un motivo de celebración porque la situación preocupa tanto o más que en los ochenta. Aún así, Evaristo sigue en pie, con casi 60 años de vida y, aunque la energía no sea la misma, el concepto no cambia. La Polla Records ha regresado -quizá- en el momento que más necesita América Latina de los exponentes del punk.

Su reunión, luego de conversar sobre problemas pasados, ¿es también una reconciliación?

No teníamos ninguna intención de volver. Fue más un tema de que un amigo nos dio la posibilidad de recuperar derechos digitales y revisar contratos (de LPR) donde nos pusieron medios inventados o por inventar. Gente muy astuta. Nos desilusionólo que hicieron las casas (disqueras) independientes. Entonces, intentamos darles un tortazo en la cara.

¿Las mismas disqueras independientes los estafaron?

Se aprovecharon de todos los grupos. Supongo que, por el ritmo que llevábamos nosotros, ellos pensaban que íbamos a morir todos. Así pasó, muchos ya no están. A la madre de Natxo, vocalista de Cicatriz, y que de ellos no queda nadie (vivo), la cerraron con los derechos (de las canciones) y le dieron 40 euros. Cuando nos dieron la oportunidad por pelear por ello, lo hicimos.

RIP, Eskorbuto, Cicatriz o ustedes. ¿Encuentras una renovación a tu generación?

Sí, pero no tiene la propaganda que tuvimos nosotros. El sistema ha perdido los modales, solo dan salida a música que, dejando de lados los sonidos y ritmos, es mediocre. Lo que creo es que nos han golpeado mucho y ahora buscan que la gente sea más individualista. Antes se decía que teníamos más peligros que un mono con dos pistolas. Ahora nos han dejado el internet.

La vigencia de la narrativa de LPR es un sinónimo que las cosas siguen mal. ¿Cómo tomas este contraste?

Me da pena, porque las cosas deberían haber mejorado un poco. No sé qué rayos hemos hecho las generaciones anteriores.

¿Cómo sobrellevan las experiencias de la sociedad al extremo en la que crecieron?

Dialogando con otros supervivientes. También hablamos de otras cosas como el trabajo, si tienen niños o las enfermedades que tenemos por la edad. Hablamos de cosas de abuelos y viejos tiempos. No podemos estar haciéndonos los gallitos jóvenes porque no lo somos.

¿Consideras que la música sigue siendo un espacio de lucha?

Sí, pero menos importante de lo que, en nuestro caso como grupo, la gente le da. Si queremos componer una canción que signifique algo, ¿de que más vas a hablar? La situación es la misma. Llevo diciendo lo mismo desde que tengo 19 años.

Cuarenta años después, ¿crees que las cosas todavía pueden cambiar?

Es un poco superar la adolescencia. Te crees lo de la democracia, lo que has visto cuando eras joven. En mi zona de referencia habían dos palabras para ver qué se ponía después del franquismo (España): ruptura o reforma. Ganó la reforma del franquismo. Hasta nos dijeron que nosotros hacíamos demagogia; no tienen ni idea lo que significa la palabra. El cambio siempre es posible, pero necesitas de una idea genial.

¿Cuál es la mentira más grande que te ha tocado enfrentar?

Cuando nos dijeron que íbamos a ganar rápido o que éramos la generación invencible y que lo iba a cambiar todo. Nos vendieron todo tipo de cosas como droga, ropa y música. Sin embargo, la idea se ha mantenido y está ahí para que alguien la coja. Puede pasar que, en algún sitio, alguien retome esa chispa (rebeldía) que no debemos perder. Tenemos que seguir intentando.

Perfil

Evaristo Páramos, voz y compositor

Es uno de los fundadores de La Polla Records. La banda está compuesta, en la actualidad, por Sumé, Txiki, Abel y Tripi. Han lanzado el disco “Ni descanso, ni Paz!”, en el que incluyen un tema inédito con el mismo nombre.