El fundador y director artístico de La Tarumba cuenta los días para el estreno de “Eterno” la nueva propuesta del circo que se estrena el 29 de junio
El fundador y director artístico de La Tarumba cuenta los días para el estreno de “Eterno” la nueva propuesta del circo que se estrena el 29 de junio

Para Fernando Zevallos, fundador y director artístico de La Tarumba, el retorno del circo después de dos años de pandemia se convertirá en una auténtica celebración de vida, en el que la alegría se vive ya días antes del estreno. “Ese es el sentimiento. La sensación que tenemos todos los que estamos haciendo el espectáculo es que nos sentimos felices”, dice el actor que cuenta los días para el estreno de “Eterno”, este 29 de junio en el Plaza Lima Sur.

Esta temporada de regreso es de agradecimiento...

Es por todo realmente, especialmente por lo que nos ha enseñado también esta pandemia, a valorar las cosas importantes que tenemos en el día a día y que lo dábamos por hecho. Ahora todos estamos celebrando el proceso, digamos que esa parte íntima del espectáculo lo estamos disfrutando en cada instante.

¿Cuándo ves la carpa levantada a días de un nuevo estreno, era lo que siempre habías imaginado?

Lo deseé desde niño, siempre fue un apasionado del circo, me dicen que desde que mi madre estaba embarazada yo ya iba en la barriga de ella a disfrutar del espectáculo.  Entonces, yo sí quería hacer esto, pero sinceramente lo que nunca imaginé es el impacto y el cariño que iba a recibir de la gente, porque es espectacular.

La lógica consecuencia a un trabajo honesto, brillante pero sobre todo que sale del corazón.

Yo creo que el público espera de La Tarumba no sólo un buen nivel artístico, sino también ese gesto cariñoso, solidario, ese encuentro sin caretas, sin prejuicios, sin protocolos sociales, no me refiero a los de salud.

Entonces ese encuentro auténtico entre el artista de La Tarumba y el público es el que realmente a mí me ha hecho entender cuál es la razón de mi trabajo.

¿En algún momento pensaste que el público no iba a aceptar la propuesta de La Tarumba?

Yo empecé a aprender en los circos tradicionales pero luego me encontré con el teatro que me dio otra visión.

Cuando creamos La Tarumba, la idea era hacer un circo que combinara con el teatro, pero de pronto, en los momentos críticos que normalmente sufrimos en el Perú, empecé a ser consciente que la gente en esas situaciones extremas quiere regresar a la esencia del circo tradicional, el que veíamos de niños, que representa plenamente esa esencia y nos regresa a esa etapa en la que no había problemas.

Esa sensación inexplicable que te lleva a vivir un mundo mágico cuando entras a un circo...

Especialmente al ver las proezas de esos artistas que son casi unos superhéroes y que te generan así un sentimiento mágico; pero también el circo tiene otra cosa. Para mí, el circo es como una metáfora de esa lucha constante del ser humano que lo lleva a evolucionar.

¿“Eterno”, el nombre del nuevo espectáculo, nos lleva a entender la esencia de un espectáculo que busca mantenerse siempre?

Eso tiene algo que ver con eso, pero te confieso que también es un pequeño homenaje e íntimo que hacemos a una cantidad de gente que está en el elenco y La Tarumba como institución que ha perdido gente querida y que para nosotros seguirá siendo eterna. Nosotros que estamos detrás del circo tenemos que asegurarnos que las promociones o las generaciones que vengan tomen conciencia de la responsabilidad que están heredando.

Y estás consciente que ustedes, en cada propuesta ponen la valla cada vez más alta, ¿eso les genera ansiedad?

No es que me quite el sueño, tampoco me siento presionado, no es que después de tener un espectáculo con cierto éxito me pregunte: ¿y ahora qué hago el siguiente año?. Cuando yo estoy metido en los ensayos y en la preparación del espectáculo, me sale el niño que tengo a flor de piel y disfruto tanto esa etapa del armado y de la creación qué tengo que celebrar y agradecer que todavía puedo hacerlo.

Hay que dejar fluir, disfrutar lo que uno hace...

Soy realmente un niño cuando dirijo, y es que  cuando yo me metí más al circo entre los ocho y los nueve años, mi padre acababa de fallecer y como vivía cerca de esos terrenos donde se instalaban las grandes carpas de circo me metía a ellos y sentía una libertad y paz que me olvidaba de todo. Te puedes imaginar la pena o las urgencias económicas que pasábamos, pero cuando empezaba la función yo era el niño más feliz, y de alguna manera eso me protegió de una situación tan dura como la que vivió mi familia en esa época. Aunque han pasado los años, ese sentimiento lo sigo teniendo, lo sigo sintiendo cada vez que levantamos la carpa y la empezamos a preparar.

FERNANDO ZEVALLOS

Creador y fundador de La Tarumba, inicia muy joven su trabajo profesional como actor y director de teatro  y participa en producciones en teatro, televisión  y cine.

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