Carlos Vives: "“Los duetos los hago por amistad”"

Ritmo, color y sabor. Estos son quizás algunos de los rasgos musicales más importantes que compartimos con Colombia y Carlos Vives, un confeso admirador de nuestro legado cultural, lo ejecuta a través del vallenato con sonidos modernos para poner al público a bailar.

Antes de dedicarse a la música, el intérprete de La tierra del olvido, quien asegura haber cantado desde muy niño, decidió estudiar Medicina, como su padre, pero se dio cuenta de que no era lo suyo y arrancó su carrera artística en la actuación después de estudiar Arte Dramático. Se hizo famoso en Estados Unidos y Puerto Rico. Pero tiempo después, tras encarnar a un compositor colombiano, se metió de lleno a la música de su tierra y le agregó ritmos y sonidos actuales.

“Nuestro estilo evolucionó. Aquí, en Colombia, le llaman ‘colombian pop’ o ‘tropi pop’, que nace del vallenato, con raíces folclóricas, pero con sonidos más contemporáneos. Así que regresar a mis raíces, cantar música que interpretaba desde niño y hacerla de manera profesional fue algo que me llenó mucho. Y eso es por lo que más se me reconoce hoy”, nos cuenta Vives vía telefónica desde Botogá.

¿Por qué se decidió por el canto y no por la actuación?

Lo que pasa es que me inmiscuí mucho en la música, nos reinventamos la música local y eso nos abrió un panorama muy grande de trabajo. La actuación es algo que extraño y creo que la vida me dará revanchas para actuar.

¿Cuál ha sido el precio que ha pagado por la fama?

Mira, yo creo que el precio de la fama es algo que se paga con el trabajo y con el sacrificio porque uno trabaja para la gente. Yo he tenido que quitarle tiempo a mi familia porque tengo compromisos con la gente, con la música, y muchas veces he dejado de hacer cosas en la música por dedicarle el tiempo a mis cuatro hijos. Uno como papá y como artista está en esa lucha. El precio que uno tiene que pagar es querer a la gente.

Acerca de sus últimos temas, ¿cómo se dieron los duetos con Wisin y Daddy Yankee?

Te cuento la razón por la que se han hecho. Yo estaba tan inmerso en la música nuestra que no buscaba hacer colaboraciones. La primera colaboración que hice fue cuando conocí a Michel Teló. Él se me acercó y me contó cómo nuestra música y nuestros discos estaban en su historia. Michel llevó al portugués varias canciones mías sin yo conocerlo. Allí nació la amistad. Entonces, fue una cosa que se dio naturalmente, por aprecio, no entró ninguna política de mercadeo para ver si yo me gano a Brasil o no. Mis colaboraciones han sido todas así. Con Wisin y con Daddy tengo una amistad de muchos años porque yo tengo una vida artística de muchos años en Puerto Rico. Yo era protagonista de muchas de las telenovelas cuando ellos eran niños. Daddy siempre quiso ser boxeador cuando era niño porque yo era protagonista de una telenovela en Puerto Rico que se llamó Boxeador. Ellos se acercan con cariño, les gusta el vallenato, entonces, me mandaron esa idea (Nota de amor) y me dijeron “ponle tu sonido, súmate a la causa”. No tenemos una estrategia de cómo ganamos mercado. Cuando Daddy comenzó, en el primer video de La Gasolina el protagonista soy yo. Todo ha sido por amistad.

¿Igual pasó con Marc Anthony?

Sí. Mira, a Marc yo lo conocí hace 20 años, le gustaba La tierra del olvido, siempre le gustó esa canción. En un concierto en Chicago, el ingeniero me dice: “Ha subido Marc Anthony, ha subido Marc Anthony”. Yo no lo conocía. Se subió a un escenario a cantar el tema y desde entonces tenemos una gran amistad y siempre hemos querido grabar. Y cuando supo que yo estaba grabando un disco, me dijo: “Mándame una de las canciones que yo quiero cantar contigo”. Hicimos ese tema (Cuando nos volvamos a encontrar). Y las cosas se han hecho así. Ha sido como el cariño de ellos, más que por la compañía de discos.

¿Considera que se encuentra en el mejor momento de tu carrera?

Sí, estamos hoy en un momento muy hermoso. Llevo dos años girando mucho, tratando de sacar adelante los proyectos de la localidad. Tú sabes, mi trabajito por fuera me da la posibilidad de mejorar las cositas adentro, en la casa, con los artistas locales, con mi teatrico, con proyecticos, de poder dar la mano en una ciudad como la mía (Santa Marta), con tantas necesidades. Es una bendición, es un momento maravilloso y lo agradezco. Agradezco a la gente de Perú por no olvidarnos y darnos siempre la oportunidad de ir para allá, disfrutamos mucho de todo lo que tienen, tienen un país maravilloso.