Marcello Rivera: "Creo en la energía de los fallecidos"
Marcello Rivera: "Creo en la energía de los fallecidos"

El conductor del programa Historias detrás de la muerte, que Frecuencia Latina emite los sábados a las 23:00 horas, señaló a Correo que sí cree en la existencia de energía en las personas ya fallecidas y que alguna vez ha sentido la presencia de almas en su casa y en la zona por donde vive.

- El programa se mantiene con más de 10 puntos de rating, ¿te lo esperabas?

MR: Solo hago mi trabajo con el interés de que el espectador se enganche. Definitivamente, las cifras son importantes y estoy alegre por ello. No me sorprende porque la calidad del producto es muy bueno.

- ¿Estas producciones hacían falta en nuestra TV?

MR: Creo que sí. En este programa traemos a conciencia las costumbres de una sociedad antigua. Pero sí hay un ingrediente de cultura porque cuenta historias; eso le faltaba a gritos a la televisión. Nuestro público es el que sintonizaba antes los realities sabatinos.

- ¿Qué tal la experiencia como presentador?

MR: Me gusta narrar cuentos y crear atmósferas para que el público se entretenga con esa suerte de misterio. Es un trabajo simpático, estoy descubriendo el otro lado de la actuación.

- ¿Has tenido contactos en el cementerio?

MR: Aún no, como soy el 'cuenta cuentos', cada vez que vamos al cementerio y tengo que enfrentarme a una nueva historia, voy a la tumba de la persona asesinada y antes de grabar le converso. ¿Si me dan una respuesta? No muy concreta. Me acerco con la luz apagada y con respeto le digo 'soy tal persona y vamos a contar tu drama', esto dura un minuto. Esa gente ya no vive aquí, pero está su energía. Nadie me ha jalado los pies en la noche. Por ahí siento ruidos, pero nunca he visto un alma.

- ¿Crees en las apariciones y en espíritus que andan?

MR: Creo en la energía, pero nunca he visto un fantasma. Supongo que hay personas con mayor predisposición a verlas, sino en el cementerio yo las vería a cada rato. Por esta zona (Miraflores), en la Huaca Pucllana, que está a media cuadra, en los noches se sienten pasos. A mí me han movido cucharas, pero no me dará miedo hasta que algo aparezca volando.

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