Presentan en Lima el 'Manicomio de los Horrores'
Presentan en Lima el 'Manicomio de los Horrores'

El creador, actor y director de El circo de los horrores, Suso Silva, llegó a Lima para presentar su show El manicomio de los horrores desde este jueves 19 de julio hasta el 12 de agosto en el Jockey Club.

El artista español conversó con Correo y contó detalles de su nueva puesta, que forma parte de una trilogía, así como curiosidades de su vida.

C: ¿De qué trata su nuevo espectáculo?

SS: El manicomio de los horrores es teatro de vanguardia, un circo contemporáneo cada vez más salvaje donde nos meteremos en muchos líos con los espectadores. Es la continuación del primer show. Explicaremos al público que no existe el Castillo de Nosferatu, tampoco los vampiros ni las momias. Lo que sí existe es un viejo y alejado manicomio, que es un hospital mental con un montón de locos y perturbados, cuyo mayor exponente es Nosferatu, el enfermo mayor, el rey de los locos. Entonces, él aparece sobre su trono, una silla eléctrica, rodeado de enfermeras y una maravillosa compañía de acrobacia. En fin, traemos a Lima una producción más grande, mucho más bestia.

C: ¿Por qué eligió trabajar el lado oscuro del circo?

SS: Bueno, porque me parece más atractivo que el lado claro. La claridad es algo mucho más normal, más utilizado por la gente. El lado oscuro suscita mayor curiosidad, es más atractivo hurgar en el lado oscuro de una persona que en su lado transparente. Eso produce al final mucho morbo, curiosidad por saber cuáles son nuestras cosas más escondidas, si no mira la prensa. Eso le pasa a los espectadores.

C: ¿En qué momento decidió cambiar?

SS: Hace 12 años me planteé primero que podía comunicar mejor que otros productores. Ya no quería seguir trabajando para otros en un show que no me gustaba. Me apetecía limpiar las telarañas del viejo circo, actualizarlo y recuperar a ese público que estaba distanciado. Nunca me gustaron los payasos convencionales.

C: ¿Continuará presentando este tipo de espectáculos?

SS: Sí, hombre, me moriré con las botas puestas, no puedo evitarlo. Este segundo show es parte de una trilogía. Espero regresar el próximo año para terminar la saga de terror con El cabaret maldito, un castillo en el infierno donde la gente por una noche de éxito y aplausos vende su alma al diablo. No puedo revelar más.

C: ¿Usted ha sido motivo de estudio para algún sicólogo o siquiatra?

SS: Jajaja, estoy siéndolo, sí, sí, para que sepan y vean qué es lo que tengo dentro, porque no sé muy bien hacia dónde voy.

C: Me está bromeando...

SS: La verdad es que me he sentado un par de veces delante de un siquiatra y acabé analizándolo yo. Me parece que no funciona, mi siquiatra se levantó y se fue del consultorio.

C: ¿Por qué lo hizo?

SS: Bueno, porque también me interesaba hurgar en el interior de él, sobre todo porque empecé a buscar información sobre las enfermedades mentales. Me dije: "Quiero sicoanalizar yo a este siquiatra". Deseaba conocer sus pensamientos como profesional y cierta información de sus pacientes. Me quedó claro que este tío era un manantial y yo tenía que absorber la mayor parte de sus conocimientos si quería responder mis interrogantes. No pude acabar la terapia porque se negó a continuar con el sicoanálisis.

C: ¿Qué otras herramientas usa para sus producciones?

SS: Mi herramienta normal y rutinaria es la calle. Yo soy una persona que se sienta en la terraza de un bar o de un restaurante y se pone a observar. Soy una persona muy observadora. Necesito la calle porque está llena de fumados (drogadictos), de traumados, gente con tics y mil paranoias, es un mar inacabable de casos. Pero tampoco he ahondado, al menos para este show, en todas las enfermedades mentales. No quiero tratar el tema de una manera banal ni irrespetuosa. Al final, ni profundizo ni pretendo jugar a eso porque es un tema muy delicado, no sobrepaso ciertos límites. Nuestra finalidad es hacer un espectáculo divertido y acrobáticamente maravilloso donde no pueda evitar reírme de mí mismo.

C: Invite usted a su manicomio de los horrores

SS: Ínfimos sicóticos y perturbados mortales llegaron a Lima. Hay una frase que reza en lo alto de nuestro intelecto y dice: "Aquí no están todos los que son ni son todos los que están". ¿Qué quiere decir esto? Que cientos de peruanos ingresarán a nuestro manicomio con sus propias dudas y curiosidades, pero todos vamos a pasarlo bien, ¿o acaso tienen miedo a este show? Jajaja. Los espero en el Jockey Club, un abrazo y un mordisco.

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