Antigua Taberna Queirolo, entrañable lugar de platos típicos y clásicas bebidas
Antigua Taberna Queirolo, entrañable lugar de platos típicos y clásicas bebidas

Con más de un siglo de existencia, este acogedor lugar es un punto obligado para disfrutar de un pisco y comer bien entre grandes amigos. Es de esos espacios donde la tertulia te lleva a solucionar todos los problemas, entre una res y picando un cau cau, servido con pan para remojar, bastante ají y un punto justo de limón.

Esta taberna es un clásico de toda la vida, ese rinconcito del que has oído hablar a tus abuelos y a tus padres. Está ubicado en el tradicional distrito de Pueblo Libre -aproveche la visita para darse una vuelta por sus calles llenas de historia- y se fundó en el año 1880, como una clásica pulpería de la época cuando los Queirolo llegaron desde Génova (Italia) y se instalaron en el antiguo distrito de la Magdalena Vieja, hoy Pueblo Libre. Desde esos días, la gente entra y sale a cualquier hora del día de la casona con aires europeos donde se erigió esta mágico lugar, y que había sido construida pocos años antes. En ella, se exhibe uno de los primeros teléfonos que tuvo el Perú, un fonógrafo, y una antigua caja registradora, en perfecto estado de conservación. Un testimonio de que la taberna contribuyó, a su manera, también con nuestra historia.

La carta

Este local ofrece los platos criollos más clásicos: cebiche de pescado (mixto y carretillero), choritos a la chalaca, escabeche de bonito, papa rellena de carne molida, ravioles rellenos y servidos con tuco casero.

También incluyen platos como el cau cau, huevera frita, tamales, patita con fiambre, lomo o pollo saltado, o un potente caldo de choros, rondas criollas y marinas. Sin embargo, algo especial son los sánguches, esos bien servidos y sabrosos. Los hay de jamón del país, queso, lomito ahumado, pejerreyes arrebozados y chicharrón.

Desayunos y almuerzos

 Son otra cosa, de los de verdad. Acompañan para leer el periódico con un café americano o un jugo de fruta recién hecho, y pasar la mañana más tranquila y sosegada para luego continuar con el día. O pasar a la hora del almuerzo y disfrutar sus platillos con sabor a casa, a un recuerdo de infancia.

Se caracteriza por sus cocteles a base de pisco, como el chilcano clásico o sus variaciones con macerados, Perú Libre o Pisco Sour. Además, hay otras opciones, como Piña Colada o Daiquiris.

Para ellos, el día comienza muy temprano, cuando el ambiente aún está entre sombras que invaden la mañana. A la hora del almuerzo, la carta es selecta con platos ejecutivos. Y en la noche, la taberna es un hervidero de gente y buena onda, perfecta para compartir, disfrutar y, sobre todo, seguir viviendo.

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