Esta debe ser la columna que más me ha costado escribir. Normalmente sufro al escoger el tema, pero esta vez no es así; al contrario, lo tenía muy claro pero con mucha información en la cabeza (y desordenada) como para decidir por dónde empezar.

La situación actual nos afecta a todos, pero creo que lo primero que debemos tener en cuenta es que el Gobierno hace lo que puede para ayudarnos. Estoy seguro que a muchas personas les puede molestar no el aislamiento social obligatorio, no producir, más aún los que somos emprendedores o tenemos negocios propios, pero hay que cumplir. ¡Tenemos que quedarnos en casa!

DESDE MI MIRADA. La sensación, para mí, aún es muy confusa. Estoy en la industria gastronómica y no solo tengo mis negocios cerrados, sino que no sé cómo será la reactivación. No sé si podremos vender (intuyo que no) cuando pase esta primera etapa, que tampoco sabemos cuándo va a acabar. Pero lo que sí sé es que de esta, de una u otra manera, vamos a salir. Y es por una simple razón: no estamos luchando por salvar negocios, sino para salvar nuestras vidas. Ayer escuchaba a la Ministra de Economía en una entrevista decir que el Gobierno tiene clarísimo el impacto económico que estamos teniendo y que vamos a tener, pero que se ha puesto la vida de los peruanos antes que todo y que hay herramientas para ayudarnos a los empresarios luego.

Es muy posible que esas herramientas, o las nuestras, en muchos casos no sean suficientes y hayan negocios que cierren, pero tendremos claro que fue por un bien mayor.Ahora mismo no hay una fórmula que pueda decirnos qué hacer en este momento, pero lo más importante es mantener la calma. Hay que evaluar escenarios, ponerse en diferentes posiciones y, llegado el momento, tomar la mejor decisión.

Este es el tiempo para reinventar nuestros proyectos, para ser mejores y estar preparados. Los que tenemos la responsabilidad de una empresa, pensemos en las personas que trabajan con nosotros, tratemos de ayudarlos hasta donde podamos. Recordemos que sin ese equipo no hubiésemos llegado hasta donde estamos. Hay que empujar el coche no solo por nosotros, sino también por ellos.

El rubro gastronómico y de turismo es uno de los que mayor impacto va a tener, pero sabemos que se irá normalizando poco a poco y que en unos meses podremos estar orgullosos de haber pasado este gran bache. Miremos el futuro cercano con optimismo (aunque sea difícil) y pensemos en sacarnos la mugre para poder levantarnos de esta a como dé lugar.

Los cocineros siempre estamos corriendo y hoy hacemos una pausa obligada.